En el Señor hallo refugio. ¿Cómo se atreven a decirme: «Huye al monte como las aves»?
Josué 2:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Ya les había dicho previamente: «Huyan rumbo a las montañas para que sus perseguidores no los encuentren. Escóndanse allí por tres días, hasta que ellos regresen. Entonces podrán seguir su camino». Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y les dijo: Marchaos al monte, para que los que fueron tras vosotros no os encuentren; y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen hayan vuelto; y después os iréis por vuestro camino. Biblia Nueva Traducción Viviente —Huyan a la zona montañosa —les dijo—. Escóndanse allí de los hombres que los están buscando por tres días. Luego, cuando ellos hayan vuelto, ustedes podrán seguir su camino. Biblia Católica (Latinoamericana) Les dijo: 'Huyan a los cerros para que no los encuentren los que los persiguen. Quédense allí escondidos tres días, hasta que regresen los que los persiguen, luego sigan su camino'. La Biblia Textual 3a Edicion y les dijo: Marchaos al monte, no sea que os alcancen los perseguidores. Os esconderéis allí tres días, hasta que hayan vuelto los perseguidores, y después seguiréis vuestro camino. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y les dijo: 'Encaminaos hacia el monte, para que no os encontréis con los que os persiguen, y escondeos allí durante tres días, hasta que vuelvan los perseguidores; después podéis seguir vuestro camino'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y les dijo: Marchaos a la montaña, no sea que los perseguidores os encuentren; y escondeos allí por tres días hasta que los perseguidores regresen; y después seguiréis vuestro camino. |
En el Señor hallo refugio. ¿Cómo se atreven a decirme: «Huye al monte como las aves»?
De igual manera, ¿no fue declarada justa por las obras aun la prostituta Rajab, cuando hospedó a los espías y les ayudó a huir por otro camino?
Entonces Rajab los bajó por la ventana con una soga, pues la casa donde ella vivía estaba sobre la muralla de la ciudad.
Los hombres se dirigieron a las montañas y permanecieron allí tres días, hasta que sus perseguidores regresaron a la ciudad. Los habían buscado por todas partes, pero sin éxito.
David se estableció en los refugios del desierto, en los áridos cerros de Zif. Día tras día Saúl lo buscaba, pero Dios no lo entregó en sus manos.