Joel 1:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Asoló mis vides, desgajó mis higueras. Las peló y las derrumbó, dejando blancas sus ramas. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas. Biblia Nueva Traducción Viviente Destruyó mis vides y arruinó mis higueras; les arrancó la corteza y la destruyó, dejando sus ramas blancas y desnudas. Biblia Católica (Latinoamericana) En ruinas ha dejado mi viña y ha destrozado mis higueras, les sacó toda la corteza, las dejó peladas y con las ramas blancas.. La Biblia Textual 3a Edicion Ha convertido mi vid en desolación, ha desgajado° mi higuera, La ha descortezado y derribado, y ha dejado blancos sus sarmientos.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Convirtió mis cepas en desolación, y mis higueras en astillas. Las descortezó y derribó, dejó blancas sus ramas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó: sus ramas quedaron blancas. |
las cuales invadieron todo Egipto y se asentaron en gran número por todos los rincones del país. ¡Nunca antes hubo semejante plaga de langostas ni la habrá después!
Eran tantas las langostas que cubrían la superficie de la tierra que ni el suelo podía verse. Se comieron todas las plantas del campo y todos los frutos de los árboles que dejó el granizo. En todo Egipto no quedó nada verde, ni en los árboles ni en las plantas.
Languidece el vino nuevo, desfallece la vid; gimen todos los corazones alegres.
La dejaré desolada y no será podada ni cultivada; le crecerán espinos y cardos. Mandaré que las nubes no derramen lluvia sobre ella».
»“Voy a arrancarlos por completo”, afirma el Señor, “no encuentro uvas en la viña ni hay higos en la higuera; sus hojas están marchitas. ¡Voy, pues, a quitarles lo que les he dado!”».
Devastaré sus vides y sus higueras, que consideraba la paga de sus amantes. Las convertiré en maleza, y los animales del campo acabarán con ellas.
La vid se secó y la higuera se marchitó; el granado, la palmera, el manzano y todos los árboles del campo se secaron. Y hasta la alegría de la gente se marchitó.
«Castigué sus campos con plagas y pestes; la langosta devoró sus huertos y viñedos, sus higueras y olivares. Con todo, ustedes no se volvieron a mí», afirma el Señor.
Aunque la higuera no florezca ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo y los campos no produzcan alimentos; aunque en el redil no haya ovejas ni vaca alguna en los establos;
Reprenderé al devorador para que no arruine sus cultivos y las vides en los campos no pierdan su fruto —dice el Señor de los Ejércitos—.