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Joel 1:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Laméntense ustedes, agricultores; giman, viñadores, por el trigo y la cebada, porque se ha perdido la cosecha de los campos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Confundíos, labradores; gemid, viñeros, por el trigo y la cebada, porque se perdió la mies del campo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¡Laméntense, ustedes, agricultores! ¡Giman, ustedes que cultivan vides! Lloren porque el trigo y la cebada —todos los cultivos del campo— están arruinados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Avergüéncense, labradores; giman, viñadores, por el trigo y la cebada, porque la cosecha de los campos está perdida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Avergonzaos labradores; Gemid viñadores, Por el trigo y la cebada, Porque la mies del campo se ha perdido!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Afligíos, labradores, gemid, viñadores, por el trigo y la cebada, porque se ha perdido la cosecha del campo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Confundíos, oh labradores, aullad, viñeros, por el trigo y la cebada; porque se perdió la mies del campo.

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Otras versiones



Joel 1:11
8 Referencias Cruzadas  

aunque las hagas crecer el día que las plantes y las hagas florecer al día siguiente, en el día del dolor y de la enfermedad incurable la cosecha se malogrará.


«Judá está de luto y sus ciudades desfallecen; hay lamentos en el país, y sube el clamor de Jerusalén.


Exterminen al que siembra en Babilonia, y al que maneja la hoz en la cosecha. Ante la espada del opresor, cada uno retorna a su pueblo, cada cual huye a su propia tierra.


¿Quién es tan sabio como para entender esto? ¿A quién habló el Señor para que lo anuncie? ¿Por qué está arruinado el país, desolado como un desierto por el que nadie pasa?


Hijo de hombre, profetiza y adviérteles: «Así dice el Señor y Dios: »“Giman y digan: ‘¡Ay de aquel día!’.


Por eso, así dice el Señor y Dios, el Dios de los Ejércitos: «En todas las plazas se escucharán lamentos y gritos de angustia en todas las calles. Llamarán a duelo a los agricultores y a los llorones profesionales para hacer lamentación.


Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.