Las gobernarás con cetro de hierro; las harás pedazos como a vasijas de barro».
Jeremías 48:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Pero vienen días», afirma el Señor, «en que enviaré gente que moverá a Moab; vaciará sus vasijas y romperá sus cántaros. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Por eso vienen días, ha dicho Jehová, en que yo le enviaré trasvasadores que le trasvasarán; y vaciarán sus vasijas, y romperán sus odres. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero pronto se acerca el día —dice el Señor—, cuando enviaré hombres que la viertan de su vasija. ¡Verterán a Moab y luego destrozarán la vasija! Biblia Católica (Latinoamericana) Pero se acerca el momento, dice Yavé, en que le mandaré gente que lo cambie de tonel; ellos dejarán sus barriles vacíos y quebrarán sus tinajas. La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto, he aquí vienen días, dice YHVH, En que Yo le enviaré tinajeros que lo trasieguen, Y vaciarán sus vasijas, y romperán sus odres. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero mirad que vienen días -oráculo de Yahveh-, en que enviaré trasvasadores que lo trasvasarán, vaciarán sus tinajas y romperán sus vasijas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que yo le enviaré trasportadores que lo harán trasportar; y vaciarán sus vasos, y romperán sus odres. |
Las gobernarás con cetro de hierro; las harás pedazos como a vasijas de barro».
Las mujeres de Moab, en los cruces del Arnón, parecen aves que, espantadas, huyen de su nido.
Quedará hecha pedazos, hecha añicos sin piedad, como vasija de barro: ni uno solo de sus pedazos servirá para sacar brasas del fuego ni agua de una cisterna».
Los nobles mandan por agua a sus siervos y estos van a las cisternas, pero no la encuentran. Decepcionados y confundidos, vuelven con sus cántaros vacíos y con la cabeza cubierta.
Giman, pastores, y clamen; revuélquense en el polvo, jefes del rebaño, porque les ha llegado el día de la matanza; serán dispersados y caerán como carneros escogidos.
yo haré que vengan todos los pueblos del norte y también mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia. Los traeré contra esta tierra, contra sus habitantes y contra todas las naciones vecinas, y los destruiré por completo: ¡los convertiré en objeto de horror, de burla y de eterna ruina!”, afirma el Señor.
»Moab ha vivido en paz desde su juventud; ha reposado como el vino. No ha pasado de vasija en vasija ni ha ido jamás al exilio. Por eso conserva su sabor y no pierde su aroma.
Entonces Moab se avergonzará de Quemós, como Israel se avergonzó de Betel en quien confiaba.
Moab será devastada y sus ciudades, invadidas», afirma el Rey, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos. «Lo mejor de su juventud descenderá al matadero.
Sobre todos los techos de Moab, y por todas sus plazas, solo se escuchan lamentos; porque rompí en pedazos a Moab como a una vasija desechada», afirma el Señor.
El destructor vendrá contra toda ciudad y ni una sola de ellas escapará. El valle quedará en ruinas, y la meseta quedará destruida, tal como lo ha dicho el Señor.
Porque el Señor restaura el esplendor de Jacob, como el esplendor de Israel, aunque los destructores lo han arrasado; han arruinado sus viñas.