Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan;
Jeremías 47:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 «Así dice el Señor: »“¡Miren! Las aguas del norte suben cual torrente desbordado. Inundan la tierra y todo lo que contiene, sus ciudades y sus habitantes. ¡Grita toda la gente! ¡Gimen todos los habitantes de la tierra! Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Así ha dicho Jehová: He aquí que suben aguas del norte, y se harán torrente; inundarán la tierra y su plenitud, la ciudad y los moradores de ella; y los hombres clamarán, y lamentará todo morador de la tierra. Biblia Nueva Traducción Viviente Esto dice el Señor: «Del norte viene un diluvio que inundará la tierra. Destruirá la tierra y todo lo que hay en ella, tanto las ciudades como sus habitantes. La gente gritará de terror, y todos en la tierra gemirán. Biblia Católica (Latinoamericana) Así dijo Yavé:
Desde el norte llegan aguas desbordadas:
es un río caudaloso,
que inunda el país y cuanto él contiene,
las ciudades y sus habitantes.
Por todas partes se escuchan gritos,
y los habitantes del país se lamentan. La Biblia Textual 3a Edicion Así dice YHVH: He aquí, aguas que se alzan del norte, Ya son un torrente inundador, Que inunda la tierra y su plenitud, Las ciudades y los que en ellas habitan: Claman los hombres, Se lamenta todo morador de la tierra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Así dice Yahveh: 'Mirad: crecen aguas del norte y se convierten en torrente desbordante. Inundan el país y lo que contiene, las ciudades y sus habitantes. Gritan los hombres, y ululan todos los habitantes del país Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así dice Jehová: He aquí que suben aguas del norte, y serán un torrente desbordante, e inundarán la tierra y todo lo que en ella hay, la ciudad y sus moradores; y los hombres clamarán, y aullarán todos los moradores de la tierra. |
Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan;
Si yo tuviera hambre, no te lo diría, pues mío es el mundo y todo lo que en él hay.
¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra! ¡Brame el mar y todo lo que él contiene!
¡Gime y grita, puerta de la ciudad! ¡Ponte a temblar de miedo, Filistea entera! Porque viene del norte una nube de humo y nadie rompe la formación.
Su grito desesperado va recorriendo la frontera de Moab. Llega su gemido hasta Eglayin, y aun llega hasta Ber Elín.
Profecía contra el valle de la visión: ¿Qué te pasa ahora, que has subido a las azoteas,
Pondré como nivel la justicia y la rectitud como plomada. El granizo arrasará con el refugio de la mentira y las aguas inundarán el escondite.
Desde el occidente temerán al nombre del Señor, y desde el oriente respetarán su gloria. Porque vendrá como un torrente caudaloso, impulsado por el soplo del Señor.
Entonces el Señor me dijo: «Desde el norte se derramará la calamidad sobre todos los habitantes de esta tierra.
Las naciones ya saben de tu humillación; tus gritos llenan la tierra. Un guerrero tropieza contra otro, y juntos caen al suelo».
Esta es la palabra del Señor que vino a Jeremías el profeta cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino para atacar el país de Egipto:
«¡Cómo quedó hecha pedazos! ¡Cómo gimen! Moab ha vuelto la espalda del todo avergonzada. Es para todos sus vecinos objeto de burla y de terror».
Así dice el Señor: «¡Miren! Del norte viene un ejército; una gran nación se moviliza desde los confines de la tierra.
Desde Dan se escucha el resoplar de sus caballos; cuando relinchan sus corceles, tiembla toda la tierra. Vienen a devorarse el país y todo lo que hay en él, la ciudad y todos sus habitantes.
Arrasará como una inundación a las fuerzas que se le opongan; las derrotará por completo, lo mismo que al príncipe del pacto.
Pero destruirá a Nínive con una inundación arrasadora; ¡aun en las tinieblas perseguirá a sus enemigos!
Ahora bien, si alguien les dice: «Esto ha sido ofrecido en sacrificio a los ídolos», entonces no lo coman, por consideración al que se lo mencionó y por motivos de conciencia.
Ahora escuchen, ustedes los ricos: ¡lloren a gritos por las calamidades que les vienen encima!
Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas se me acercó y me dijo: «Ven y te mostraré el castigo de la gran prostituta que está sentada sobre muchas aguas.
Además el ángel me dijo: «Las aguas que has visto, donde está sentada la prostituta, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas.