Jeremías 30:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 »”En aquel día”, afirma el Señor de los Ejércitos, “quebraré el yugo que mi pueblo lleva sobre el cuello, romperé sus ataduras, y ya no serán esclavos de extranjeros. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en servidumbre, Biblia Nueva Traducción Viviente Pues en ese día —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—, quebraré el yugo de sus cuellos y romperé sus cadenas. Los extranjeros no serán más sus amos. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando llegue aquel día, dice Yavé de los Ejércitos, quebraré el yugo que pesa sobre su cuello y romperé sus ataduras. Ya no estarán más sometidos a extranjeros, La Biblia Textual 3a Edicion Aquel día, dice YHVH Sebaot, Yo quebraré el yugo de su cerviz, Y romperé sus coyundas, Y los extranjeros no volverán a someterlo en servidumbre, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sucederá en aquel día -oráculo de Yahveh Sebaot- que romperé el yugo de su cuello y quebraré sus coyundas. No lo esclavizarán ya extranjeros; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y será que en aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de sobre tu cuello, y romperé tus coyundas, y extraños no volverán a ponerlo en servidumbre, |
En aquel día esa carga se te quitará de los hombros y, a causa de la gordura, se romperá el yugo que llevas en el cuello.
En verdad, el Señor tendrá compasión de Jacob y elegirá de nuevo a Israel. Los asentará en su propio lugar. Los extranjeros se juntarán con ellos y se unirán a los descendientes de Jacob.
Destrozaré a Asiria en mi tierra; la pisotearé sobre mis montes. Mi pueblo dejará de llevar su yugo; ya no pesará esa carga sobre sus hombros.
Cuando el Señor te haga descansar de tu sufrimiento, de tu tormento y de la cruel esclavitud a la que fuiste sometido,
Ciertamente tú has quebrado, como en la derrota de Madián, el yugo que los oprimía, la barra que pesaba sobre sus hombros, el bastón de mando que los subyugaba.
«Desde hace mucho quebraste el yugo; te quitaste las ataduras y dijiste: “¡No quiero servirte!”. Sobre toda colina alta y bajo todo árbol frondoso, te entregaste a la prostitución.
Ellos mismos serán esclavizados por muchas naciones y reyes poderosos. Así les daré lo que merecen su conducta y sus hechos».
Así me dijo el Señor: «Hazte unas ataduras y un yugo y póntelos sobre el cuello.
Todas las naciones le servirán a él, a su hijo y a su nieto, hasta que también a su país le llegue la hora y sea sometido por numerosas naciones y grandes reyes.
Entonces el profeta Jananías tomó el yugo que estaba sobre el cuello del profeta Jeremías y lo quebró.
«Ve y adviértele a Jananías que así dice el Señor: “Tú has quebrado un yugo de madera, pero yo haré en su lugar un yugo de hierro.
También haré que vuelvan a este lugar Jeconías, hijo de Joacim y rey de Judá, y todos los que fueron deportados de Judá a Babilonia. ¡Voy a quebrar el yugo del rey de Babilonia! Yo, el Señor, lo afirmo”.
Cuando yo haga pedazos el yugo de Egipto, el día se oscurecerá en Tafnes. Así llegará a su fin el orgullo de su fuerza. Quedará cubierto de nubes y sus hijas irán al cautiverio.
Los árboles del campo darán su fruto, la tierra entregará sus cosechas y ellas vivirán seguras en su propia tierra. Y, cuando yo haga pedazos su yugo y las libere de sus tiranos, entonces sabrán que yo soy el Señor.