Jeremías 30:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Pregunten y vean si acaso los varones dan a luz. ¿Por qué, pues, veo a todos los hombres con las manos sobre el vientre, como mujeres con dolores de parto? ¿Por qué han palidecido todos los rostros? Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros. Biblia Nueva Traducción Viviente Déjenme hacerles una pregunta: ¿Acaso los varones dan a luz? ¿Entonces por qué están parados allí con sus caras pálidas y con las manos apoyadas sobre el vientre como una mujer en parto? Biblia Católica (Latinoamericana) Pregunten y miren:
¿han visto que un hombre esté esperando un hijo?
Pues entonces, ¿por qué veo a los hombres
con las manos en las caderas
como mujer que da a luz
y sus caras se han puesto amarillas? La Biblia Textual 3a Edicion Inquirid y averiguad: ¿Da a luz el varón? ¿Por qué pues, veo a todo varón como parturienta: Las manos a las caderas; los rostros lívidos y demudados? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Preguntad, pues, y ved si dan a luz los varones. Entonces, ¿por qué veo a todo hombre con las manos en las caderas, como parturienta, y todos los rostros se alteran Biblia Reina Valera Gómez (2023) Preguntad ahora, y ved, ¿da a luz el varón? ¿Por qué, pues, veo que todos los hombres tienen las manos sobre sus lomos, como mujer de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros? |
Por eso mi cuerpo se estremece de angustia, sufro de agudos dolores, como los de una parturienta; lo que oigo, me aturde; lo que veo, me desconcierta.
Por eso, el Señor, el redentor de Abraham, dice así a los descendientes de Jacob: «Jacob ya no será avergonzado ni palidecerá su rostro.
¿Qué dirás cuando el Señor te imponga como jefes a los que tú mismo enseñaste a ser tus aliados predilectos? ¿No tendrás dolores como de mujer de parto?
Tú, que habitas en el Líbano, que has puesto tu nido entre los cedros, ¡cómo gemirás cuando te vengan los dolores, dolores como de parturienta!
Oigo el grito como de parturienta, quejidos como de primeriza. Es el grito de la hija de Sión, que respira con dificultad; que extiende los brazos y dice: «¡Ay de mí, que desfallezco! ¡Estoy en manos de asesinos!».
Sus ciudades serán capturadas y conquistadas sus fortalezas. En aquel día, el corazón de los guerreros de Moab será como el de una parturienta.
Remonta vuelo el enemigo, se desliza como un águila, extiende sus alas sobre Bosra. En aquel día se angustiarán los valientes de Edom, como se angustia una mujer de parto.
Damasco desfallece; trató de huir, pero la dominó el pánico. Se halla presa de la angustia y el dolor, como si estuviera de parto.
El rey de Babilonia ha escuchado la noticia, sus manos flaquean; la angustia le domina como si tuviera dolores de parto.
Nos ha llegado la noticia y nuestras manos flaquean; la angustia nos domina, como si tuviéramos dolores de parto.
el rostro le palideció del susto, las rodillas comenzaron a temblarle y apenas podía sostenerse.
Llegan los dolores de parto, pero él es una criatura necia: cuando llega la hora del parto, no se acomoda para salir.
¡Destrucción, ruina, devastación! Desfallecen los corazones, tiemblan las rodillas, se estremecen los cuerpos, palidecen los rostros.
Cuando la gente esté diciendo: «Paz y seguridad», vendrá de improviso sobre ellos la destrucción, como llegan los dolores de parto a la mujer embarazada. De ninguna manera podrán escapar.