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Jeremías 15:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Te arrojaré al viento con el rastrillo en las puertas de la ciudad. A ti te dejaré sin hijos y a mi pueblo lo destruiré, porque no cambió su conducta.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Aunque los aventé con aventador hasta las puertas de la tierra, y dejé sin hijos a mi pueblo y lo desbaraté, no se volvieron de sus caminos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Te aventaré como el grano a las puertas de las ciudades y te quitaré tus hijos que tanto quieres. Destruiré a mi propio pueblo, porque rehusó cambiar sus malos caminos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los he pasado por el harnero en las ciudades del país. He dejado sin hijos a mi pueblo para que desaparezca, porque no ha querido dejar el mal camino.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Los aventaré con el aventador hasta las puertas de esta tierra,° Y los privaré de hijos. Destruiré a mi pueblo, Porque no se han vuelto de sus caminos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los aventé con el bieldo en las puertas del país; lo dejé sin hijos, aniquilé a mi pueblo, porque de conducta no cambiaron.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los aventaré con aventador hasta las puertas de la tierra; los dejaré sin hijos, destruiré a mi pueblo; pues no se vuelven de sus caminos.

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Otras versiones



Jeremías 15:7
21 Referencias Cruzadas  

En cambio, los malvados son como paja arrastrada por el viento.


Las lanzarás al aire y se las llevará el viento; un vendaval las dispersará. Pero tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel.


Los arameos en el este y los filisteos en el oeste se comieron a Israel de un solo bocado. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; su mano aún sigue extendida.


Pero el pueblo no volvió al que lo ha castigado; no ha buscado al Señor de los Ejércitos.


Por eso, entrega ahora sus hijos al hambre; abandónalos a merced de la espada. Que sus esposas se queden viudas y sin hijos; que sus maridos mueran asesinados y que sus jóvenes caigan en combate a filo de espada.


Señor, ¿acaso no buscan tus ojos la verdad? Golpeaste a esa gente y no les dolió, acabaste con ellos y no quisieron ser corregidos. Endurecieron su rostro más que una roca y no quisieron arrepentirse.


Enviaré contra Babilonia extranjeros que la lancen por los aires, que la aviente como se avienta el trigo, hasta dejarla vacía. En el día de su calamidad la atacarán por todas partes.


«La muerte se ha metido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios; ha eliminado en las calles a los niños y en las plazas a los jóvenes».


advertirle al pueblo de Israel que así dice el Señor y Dios: “Voy a profanar mi santuario, orgullo de su fortaleza, el Templo que les deleita la vista y en el que depositan su afecto. Los hijos y las hijas que ustedes dejaron morirán a filo de espada,


»Y tú, hijo de hombre, el día en que yo les quite su fortaleza, su alegría y su gozo, la delicia de sus ojos, el deseo de su corazón y a sus hijos e hijas,


Haré que mi pueblo Israel transite por el territorio de ustedes. Él te poseerá y tú serás parte de su herencia; nunca más los privarás de sus hijos.


»“No sean como sus antepasados, a quienes les proclamaron los antiguos profetas que así dice el Señor de los Ejércitos: ‘Vuélvanse de sus malos caminos y de sus malas prácticas’. Porque ellos no me obedecieron ni me prestaron atención”, afirma el Señor.


Tiene el aventador en la mano y limpiará su era recogiendo el trigo en su granero. La paja, en cambio, la quemará con fuego que nunca se apagará».


Malditos serán el fruto de tu vientre, tus cosechas, los terneritos de tus manadas y los corderitos de tus rebaños.


Tus hijos y tus hijas serán entregados a otra nación; te cansarás de buscarlos y no los podrás encontrar.


Tendrás hijos e hijas, pero no podrás retenerlos, porque serán llevados al cautiverio.