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Jeremías 15:21 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

«Te libraré del poder de los malvados; te rescataré de las garras de los violentos».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sí, te mantendré a salvo de estos hombres malvados; te rescataré de sus manos crueles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Te protegeré contra los malvados y te arrancaré de las manos de los violentos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Te libraré de mano de los perversos, Te rescataré del puño del opresor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Te libraré de la mano de los malvados, y te rescataré de la garra de los tiranos'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los terribles.

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Otras versiones



Jeremías 15:21
24 Referencias Cruzadas  

el ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Que por medio de ellos sea recordado mi nombre y el de mis padres, Abraham e Isaac. Que crezcan y se multipliquen sobre la tierra».


Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen.


El Señor los ayuda y los libra; los libra de los malvados y los salva, porque en él se refugian.


Ustedes, que aman al Señor, odien el mal; él protege la vida de sus fieles y los libra de manos de los malvados.


Se desvanecerán los violentos, desaparecerán los insolentes, y serán exterminados todos los que se desvelan para hacer el mal:


Pero la multitud de tus enemigos quedará hecha polvo fino, y la multitud de violentos será como la paja que se lleva el viento. De repente, en un instante,


Haré que tus opresores se coman su propia carne y se embriaguen con su propia sangre, como si fuera vino. Toda la humanidad sabrá entonces que yo, el Señor, soy tu Salvador; que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu Redentor».


No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse tú la refutarás. Esta es la herencia de los siervos del Señor, la justicia que de mí procede», afirma el Señor.


Te alimentarás con la leche de las naciones, con la riqueza de los reyes serás amamantada. Sabrás entonces que yo, el Señor, soy tu Salvador; que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu Redentor.


La palabra del Señor vino a mí y me dijo:


¡Canten al Señor, alábenlo! Él libra a los pobres del poder de los malvados.


Sin embargo, Ajicán, hijo de Safán, protegió a Jeremías y no permitió que cayera en manos del pueblo ni que lo mataran.


Porque el Señor rescató a Jacob; lo redimió de una mano más poderosa que él.


Y Jeremías se quedó en el patio de la guardia hasta el día en que Jerusalén fue capturada. Jerusalén fue tomada de la siguiente manera:


En cuanto a Jeremías, el rey Nabucodonosor de Babilonia había dado la siguiente orden a Nabuzaradán, el comandante de la guardia:


«Vigílalo bien, sin hacerle ningún daño y haz con él como él mismo te diga».


Pero su Redentor es fuerte, su nombre es el Señor de los Ejércitos. Con vigor defenderá su causa; traerá descanso a su tierra, pero perturbación a Babilonia.


Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad.


—¡Pues miren! —exclamó—. Allí en el fuego veo a cuatro hombres, sin ataduras y sin daño alguno, ¡y el cuarto tiene la apariencia de un hijo de los dioses!


Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”.


El Dios de paz aplastará muy pronto a Satanás bajo los pies de ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesús sea con ustedes.


Él nos libró y nos librará de tal peligro de muerte. En él tenemos puesta nuestra esperanza y él seguirá librándonos.