La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Jeremías 11:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Entonces las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén irán a clamar a los dioses a los que quemaron incienso, pero ellos no podrán salvarlos cuando llegue el tiempo de su calamidad.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

E irán las ciudades de Judá y los moradores de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman ellos incienso, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su mal.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces los habitantes de Judá y Jerusalén clamarán a sus ídolos y quemarán incienso ante ellos. ¡Pero los ídolos no los salvarán cuando caiga el desastre!

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Que vayan, entonces, las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén a clamar a los dioses a los que quemaban incienso! Estos dioses no les darán ningún socorro cuando les pase la desgracia.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces los pueblos de Judá y los habitantes de Jerusalem irán a clamar a los dioses a quienes quemaban incienso, pero ellos no los podrán salvar en el tiempo de su calamidad.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén irán entonces a clamar a los dioses a quienes incensaron, pero no podrán salvarlos en la hora de su desgracia.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

E irán las ciudades de Judá y los moradores de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes ellos queman incienso, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su mal.

Ver Capítulo
Otras versiones



Jeremías 11:12
10 Referencias Cruzadas  

Y a pesar de encontrarse tan presionado, el rey Acaz se empecinó en su rebelión contra el Señor.


»Reúnanse, fugitivos de las naciones; congréguense y vengan. Ignorantes son los que cargan imágenes de madera y oran a dioses que no pueden salvar.


Lo levantan en hombros y lo cargan; lo ponen en su lugar y allí se queda. No se puede mover de su sitio. Por más que clamen a él, no habrá de responderles ni podrá salvarlos de sus aflicciones.


Sin embargo, mi pueblo me ha olvidado; quema incienso a ídolos inútiles, que los hicieron tropezar en sus caminos, en los senderos antiguos. Los hicieron caminar por sendas y veredas escabrosas.


¿Dónde están, Judá, los dioses que te fabricaste? ¡Tienes tantos dioses como ciudades! ¡Diles que se levanten! ¡A ver si te salvan cuando caigas en desgracia!


Me agravian con las obras de sus manos, al ofrecer incienso a otros dioses en el país de Egipto, donde han ido a vivir. Lo único que están logrando es ganarse su propia destrucción, además de convertirse en maldición y deshonra entre todas las naciones de la tierra.


Y les dirá: «¿Dónde están ahora sus dioses, la roca en la cual se refugiaron?


¿Dónde están los dioses que comieron la gordura de sus sacrificios y bebieron el vino de sus ofrendas líquidas? ¡Que se levanten a ayudarles! ¡Que les den abrigo!


Vayan y clamen a los dioses que han escogido. ¡Que ellos los libren en tiempo de angustia!