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Génesis 46:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

—Yo soy Dios, el Dios de tu padre —le dijo—. No tengas temor de ir a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—Yo soy Dios, el Dios de tu padre —dijo la voz—. No tengas temor de descender a Egipto, porque allí haré de tu familia una gran nación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Aquí estoy, contestó él. Y Dios prosiguió: 'Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en una gran nación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces le dijo: Yo soy ’Elohim, el Dios de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en una gran nación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Le dijo: 'Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí haré yo de ti un gran pueblo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque yo haré de ti una gran nación.

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Otras versiones



Génesis 46:3
24 Referencias Cruzadas  

»Haré de ti una nación grande y te bendeciré; haré famoso tu nombre y serás una bendición.


Después de esto, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: «No tengas miedo, Abram. Yo soy tu escudo y muy grande será tu recompensa».


El Señor dijo a Abram: —Debes saber que tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña, donde serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años.


Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se apareció y dijo: —Yo soy el Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y sé íntegro.


Es un hecho que Abraham se convertirá en una nación grande y poderosa, y en él serán bendecidas todas las naciones de la tierra.


te bendeciré en gran manera, y que multiplicaré tu descendencia —como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Además, tu descendencia conquistará las ciudades de sus enemigos.


Luego Dios añadió: «Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate. De ti nacerá una nación y una comunidad de naciones, y habrá reyes entre tus descendientes.


Los israelitas se asentaron en Egipto, en la región de Gosén. Allí adquirieron propiedades, fueron fecundos y llegaron a ser muy numerosos.


el ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos jóvenes. Que por medio de ellos sea recordado mi nombre y el de mis padres, Abraham e Isaac. Que crezcan y se multipliquen sobre la tierra».


Pero su padre se resistió y contestó: —¡Ya lo sé, hijo, ya lo sé! También él gestará a un pueblo y llegará a ser importante. Pero su hermano menor será aún más importante y su descendencia dará origen a muchas naciones.


Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y se extendían, de modo que los egipcios llegaron a tenerles miedo;


—No tengan miedo —les respondió Moisés—. Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará en favor de ustedes. A esos egipcios que hoy ven, ¡jamás volverán a verlos!


Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con la diestra de mi justicia.


Guedalías, hijo de Ajicán y nieto de Safán, hizo este juramento a ellos y a sus tropas: «No teman servir a los babilonios. Si ustedes se quedan en el país y sirven al rey de Babilonia, les aseguro que les irá bien.


y me dijo: “No tengas miedo, Pablo. Tienes que comparecer ante el césar y Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo”.


»Cuando ya se acercaba el tiempo de que se cumpliera la promesa que Dios había hecho a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto.


El Señor su Dios los ha hecho tan numerosos que hoy ustedes son tantos como las estrellas del cielo.


Setenta eran los antepasados suyos que bajaron a Egipto, pero ahora el Señor su Dios los ha hecho un pueblo tan numeroso como las estrellas del cielo.


Entonces tú declararás ante el Señor tu Dios: «Mi padre fue un arameo errante y descendió a Egipto con poca gente. Vivió allí hasta llegar a ser una gran nación, fuerte y numerosa.