He sabido que hay alimento en Egipto. Desciendan allá y compren comida para nosotros, para que no muramos, sino que podamos sobrevivir».
Génesis 43:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Judá dijo a su padre Israel: —Bajo mi responsabilidad, envía al muchacho y nos iremos ahora mismo, para que nosotros y nuestros hijos podamos seguir viviendo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños. Biblia Nueva Traducción Viviente Judá le dijo a su padre: —Envía al muchacho conmigo, y nos iremos ahora mismo. De no ser así, todos moriremos de hambre, y no solamente nosotros, sino tú y nuestros hijos. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Judá dijo a su padre Israel: 'Deja que el muchacho venga conmigo, para que podamos partir. Sólo así podremos seguir viviendo nosotros y nuestros hijos, en vez de morir. La Biblia Textual 3a Edicion Judá dijo a Israel su padre: Envía al muchacho conmigo, así nos levantaremos e iremos para que vivamos y no muramos también nosotros, también tú, y también nuestros pequeños. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Judá a Israel, su padre: 'Envía al chico conmigo, y entonces nos pondremos en camino, para que vivamos y no muramos, ni nosotros, ni tú, ni nuestros pequeños. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños. |
He sabido que hay alimento en Egipto. Desciendan allá y compren comida para nosotros, para que no muramos, sino que podamos sobrevivir».
—¡Mi hijo no se irá con ustedes! —respondió Jacob—. Su hermano José ya está muerto y ahora solo él me queda. Si le llega a pasar una desgracia en el viaje que van a emprender, ustedes tendrán la culpa de que este pobre viejo se muera de tristeza.
nosotros contestamos que teníamos un padre anciano y un hermano que le nació a nuestro padre en su vejez. Nuestro padre quiere muchísimo a este último porque es el único que le queda de la misma madre, ya que el otro murió.
Nosotros contestamos: “No podemos ir si nuestro hermano menor no va con nosotros. No podremos presentarnos ante hombre tan importante, a menos que nuestro hermano menor nos acompañe”.
»Diles, además, que se lleven carros de Egipto para traer a sus niños y mujeres, y también al padre de ustedes.
Así que, ¡no tengan miedo! Yo cuidaré de ustedes y de sus hijos. De ese modo José los consoló, pues les habló al corazón.
A estos se sumaron todos los familiares de José, sus hermanos y los de la casa de Jacob. En la región de Gosén dejaron únicamente a los niños y al ganado.
Uno de sus ministros propuso: —Que salgan algunos hombres con cinco de los caballos que aún quedan aquí. Si mueren, no les irá peor que a la multitud de israelitas que está por perecer. ¡Enviémoslos a ver qué pasa!
No ganamos nada con entrar en la ciudad. Allí nos moriremos de hambre con todos los demás; pero si nos quedamos aquí, nos sucederá lo mismo. Vayamos, pues, al campamento de los arameos para rendirnos. Si nos perdonan la vida, viviremos; si nos matan, de todos modos moriremos.
Luego, estando cerca del río Ahava, proclamé un ayuno para que nos humilláramos ante nuestro Dios y le pidiéramos que nos acompañara durante el camino, a nosotros, a nuestros hijos y nuestras posesiones.
Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios.
También entrarán en la tierra los niños que ustedes dijeron que serían botín de guerra. Y serán ellos los que gocen de la tierra que ustedes rechazaron.