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Génesis 32:32 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Por esta razón los israelitas no comen el tendón que está en la articulación de la cadera, porque a Jacob se le tocó en dicho tendón.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

(Hasta el día de hoy, el pueblo de Israel no come del tendón que está cerca de la articulación de la cadera, debido a lo que ocurrió aquella noche cuando el hombre torció el tendón de la cadera de Jacob).

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El sol empezaba a dar fuerte cuando cruzó Penuel, y él iba cojeando a causa de su cadera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por eso hasta hoy los hijos de Israel no comen del tendón de la cadera que está sobre la coyuntura del muslo, porque Él tocó la coyuntura del muslo de Jacob en el tendón de la cadera.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Lucía ya el sol cuando atravesó Penuel. Jacob cojeaba del muslo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.

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Otras versiones



Génesis 32:32
6 Referencias Cruzadas  

Cuando este se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo tocó en la coyuntura de la cadera y esta se le dislocó mientras luchaban.


Cruzaba Jacob por el lugar llamado Peniel, cuando salió el sol. A causa de su cadera dislocada iba cojeando.


Cuando Jacob alzó la vista y vio que Esaú se acercaba con cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lea, Raquel y las dos esclavas.


Jeroboán fortificó la ciudad de Siquén en la región montañosa de Efraín y se estableció allí. Luego se fue de Siquén y fortificó Peniel.


Desde allí subió a Peniel y les pidió lo mismo. Pero los de Peniel dieron la misma respuesta que los hombres de Sucot.


Por eso, hasta el día de hoy, ninguno de los que entran en el templo de Dagón en Asdod, incluso los sacerdotes, pisan el umbral.