Desde el día en que liberé a los israelitas de Egipto y hasta el día de hoy, no he habitado en casa alguna, sino que he andado de acá para allá, en una tienda a manera de santuario.
Éxodo 40:34 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 En ese instante, la nube cubrió la Tienda de reunión y la gloria del Señor llenó el santuario. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces la nube cubrió el tabernáculo, y la gloria del Señor llenó el tabernáculo. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces la Nube vino a cubrir la Tienda de las Citas y la Gloria de Yavé llenó la Morada. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces la nube cubrió la Tienda de Reunión, y la gloria de YHVH llenó el Tabernáculo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro y la gloria de Yahveh llenó el santuario, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces una nube cubrió el tabernáculo de la congregación, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. |
Desde el día en que liberé a los israelitas de Egipto y hasta el día de hoy, no he habitado en casa alguna, sino que he andado de acá para allá, en una tienda a manera de santuario.
Los trompetistas y los cantores alababan y daban gracias al Señor al son de trompetas, címbalos y otros instrumentos musicales. Y, cuando tocaron y cantaron al unísono: «Él es bueno; su gran amor perdura para siempre», una nube cubrió el Templo del Señor.
Tan lleno de su gloria estaba el Templo del Señor que los sacerdotes no podían entrar en él.
Cuando ya estaba por amanecer, el Señor miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos:
Mientras Aarón hablaba con toda la comunidad israelita, volvieron la mirada hacia el desierto, y vieron que la gloria del Señor se hacía presente en una nube.
y allí también me reuniré con los israelitas. Mi gloriosa presencia consagrará ese lugar.
En cuanto Moisés entraba en ella, la columna de nube descendía y se detenía en la entrada, mientras el Señor hablaba con Moisés.
Porque lo dice el Alto y Excelso, el que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados.
Al sonido de sus voces se estremecieron los umbrales de las puertas y el Templo se llenó de humo.
Entonces la gloria del Señor, que estaba sobre los querubines, se elevó y se dirigió hacia el umbral del Templo. La nube llenó el Templo, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del Señor.
Dijo el Señor a Moisés: «Dile a tu hermano Aarón que no entre a cualquier hora en la parte del santuario que está detrás de la cortina, es decir, delante de la tapa que está sobre el arca, no sea que muera cuando yo aparezca en la nube por encima de la tapa del arca.
Haré temblar a todas las naciones y lo deseado por todas ellas llegará aquí. Así llenaré de esplendor este Templo”, dice el Señor de los Ejércitos.
“El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera”, dice el Señor de los Ejércitos. “Y en este lugar concederé la paz”», afirma el Señor de los Ejércitos.
Cuando Moisés entró en la Tienda de reunión para hablar con el Señor, escuchó su voz de entre los dos querubines, desde la cubierta de la tapa que estaba sobre el arca con las tablas del pacto. Así hablaba el Señor con Moisés.
el pueblo de Israel. De ellos son la adopción como hijos, la gloria divina, los pactos, la Ley, el privilegio de adorar a Dios y el de contar con sus promesas.
El templo se llenó del humo que procedía de la gloria y del poder de Dios; nadie podía entrar allí hasta que se terminaran las siete plagas de los siete ángeles.
Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está el santuario de Dios! Él habitará en medio de ellos y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.