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Éxodo 33:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Pues si realmente es así, dime cuáles son tus caminos. Así sabré que en verdad cuento con tu favor. Ten presente que los israelitas son tu pueblo.

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Biblia Reina Valera 1960

Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Si es cierto que me miras con buenos ojos, permíteme conocer tus caminos, para que pueda comprenderte más a fondo y siga gozando de tu favor. Y recuerda que esta nación es tu propio pueblo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ahora, si realmente me miras con buenos ojos, dame a conocer caminos para que te conozca, y me sigas mirando bien: no olvides que esa gente es tu pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Ahora, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que me hagas conocer tu camino, para que te conozca y halle gracia ante tus ojos. Y considera que esta nación es tu pueblo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pues, si he obtenido tu favor, enséñame tu camino y así sabré que me he ganado tu favor; pero ten también en cuenta que esta nación es pueblo tuyo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y que halle gracia en tus ojos; y considera que este pueblo es tu gente.

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Otras versiones



Éxodo 33:13
27 Referencias Cruzadas  

Luego dijo el rey al sacerdote Sadoc: —Devuelve el arca de Dios a la ciudad. Si cuento con el favor del Señor, él hará que yo regrese y vuelva a ver el arca y el lugar donde él reside.


Dio a conocer sus caminos a Moisés; reveló sus obras al pueblo de Israel.


Enséñame, Señor, el camino de tus estatutos y lo seguiré hasta el fin.


Señor, hazme conocer tus caminos; y enséñame tus sendas.


Guíame, Señor, por tu camino; dirígeme por la senda de rectitud, por causa de mis enemigos.


Así enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se volverán a ti.


Instrúyeme, Señor, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón para temer tu nombre.


Así que disponte a partir. Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo.


Pero el Señor siguió diciendo: —Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces y conozco bien sus penurias.


¿Por qué dar pie a que los egipcios digan que nos sacaste de su país con la intención de matarnos en las montañas y borrarnos de la faz de la tierra? ¡Calma el ardor de tu ira! ¡Aplácate y no traigas sobre tu pueblo esa desgracia!


Entonces el Señor se calmó y desistió de hacer a su pueblo el daño que había sentenciado.


Entonces el Señor dijo a Moisés: —Baja, porque ya se ha corrompido el pueblo que sacaste de Egipto.


Y dijo: —Señor, si realmente cuento con tu favor, ven y quédate entre nosotros. Reconozco que este es un pueblo terco, pero perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y adóptanos como tu herencia.


Después de eso, Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón y dijeron: —Así dice el Señor, Dios de Israel: “Deja ir a mi pueblo para que celebre en el desierto una fiesta en mi honor”.


Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: «Este es el camino; síguelo».


¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te temamos? Vuelve por amor a tus siervos, por las tribus que son tu herencia.


Estamos como si nunca nos hubieras gobernado, como si nunca hubiéramos llevado tu nombre.


Lloren, sacerdotes, ministros del Señor, entre la entrada y el altar; y digan: «Compadécete, Señor, de tu pueblo. No entregues tu propiedad como objeto de burla, para que las naciones no se burlen de ella. ¿Por qué habrán de decir entre los pueblos: “Dónde está su Dios?”».


Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.


Con respecto al evangelio, los israelitas son enemigos de Dios para bien de ustedes; pero si tomamos en cuenta la elección, son amados de Dios por causa de los patriarcas,


Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor.


Oré al Señor y le dije: «Señor y Dios, ¡no destruyas tu propia heredad, el pueblo que por tu grandeza redimiste y sacaste de Egipto con gran despliegue de fuerza!


Después de todo, ellos son tu propia heredad; son el pueblo que sacaste con gran despliegue de fuerza y de poder».


para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios


Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.