»Haré de ti una nación grande y te bendeciré; haré famoso tu nombre y serás una bendición.
Éxodo 11:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 El Señor hizo que los egipcios vieran con buenos ojos a los israelitas. Además, en todo Egipto Moisés mismo era altamente respetado por los funcionarios del faraón y por el pueblo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y Jehová dio gracia al pueblo en los ojos de los egipcios. También Moisés era tenido por gran varón en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de Faraón, y a los ojos del pueblo. Biblia Nueva Traducción Viviente (El Señor había hecho que los egipcios miraran con agrado al pueblo de Israel. Además, Moisés era considerado un gran hombre en la tierra de Egipto, y tanto los funcionarios del faraón como el pueblo egipcio lo respetaban). Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé hizo que los egipcios acogieran esta petición; además, Moisés era un personaje en todo Egipto, y lo consideraban tanto los ministros como la gente del pueblo. La Biblia Textual 3a Edicion Porque YHVH había dado gracia al pueblo ante los ojos de los egipcios, y el mismo Moisés era muy estimado en la tierra de Egipto ante los ojos de los siervos de Faraón, y ante los ojos del pueblo.) Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh hizo que el pueblo se ganara el favor de los egipcios. Moisés gozaba de gran prestigio en Egipto tanto en la corte del Faraón como entre el pueblo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jehová dio gracia al pueblo en los ojos de los egipcios. También Moisés era un gran varón a los ojos de los siervos de Faraón, y a los ojos del pueblo, en la tierra de Egipto. |
»Haré de ti una nación grande y te bendeciré; haré famoso tu nombre y serás una bendición.
el Señor estaba con él y no dejó de mostrarle su amor. Hizo que se ganara la confianza del guardia de la cárcel,
Yo he estado contigo por dondequiera que has ido y he aniquilado a todos tus enemigos. Y ahora voy a hacerte tan famoso como los más grandes de la tierra.
Mardoqueo se había convertido en un personaje distinguido dentro del palacio real. Su fama se extendía por todas las provincias y cada vez se hacía más poderoso.
Después, siguiendo las instrucciones que Moisés había dado, pidieron a los egipcios que les dieran objetos de oro y de plata, y también ropa.
El Señor hizo que los egipcios vieran con buenos ojos a los israelitas, así que les dieron todo lo que pedían. De este modo, los israelitas despojaron por completo a los egipcios.
»Pero yo haré que este pueblo se gane la simpatía de los egipcios, de modo que cuando ustedes salgan de Egipto no se vayan con las manos vacías.
Ante ti vendrán a inclinarse los hijos de tus opresores; todos los que te desprecian se postrarán a tus pies, y te llamarán “Ciudad del Señor”, “Sión del Santo de Israel”.
Así Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era poderoso en palabra y en obra.
Desde entonces no volvió a surgir en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor hablara cara a cara.
Solo Moisés hizo todas aquellas señales y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto ante el faraón, sus funcionarios y todo su país.
Aquel mismo día, el Señor engrandeció a Josué ante todo Israel. El pueblo respetó a Josué todos los días de su vida, como lo había hecho con Moisés.
Voy a hacer que los de la sinagoga de Satanás, esos que se autodenominan judíos y no lo son porque mienten, vayan a postrarse a tus pies y reconozcan que yo te he amado.