A continuación, Salomón se puso frente al altar del Señor y, en presencia de toda la asamblea de Israel, extendió las manos hacia el cielo
Esdras 9:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 A la hora del sacrificio me recobré de mi abatimiento y, con la túnica y el manto rasgados, caí de rodillas, extendí mis manos hacia el Señor mi Dios, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y a la hora del sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción, y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis manos a Jehová mi Dios, Biblia Nueva Traducción Viviente A la hora del sacrificio, me levanté de donde había estado sentado haciendo duelo con mis ropas rasgadas. Caí de rodillas y levanté las manos al Señor mi Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) En el momento de la ofrenda de la tarde, salí de mi abatimiento y con la túnica y el manto rasgados me puse de rodillas. Extendí las manos hacia Yavé mi Dios La Biblia Textual 3a Edicion Y al sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción, y rasgado mi vestido y mi manto, hinqué mis rodillas y extendí mis palmas hacia YHVH mi Dios, Biblia Serafín de Ausejo 1975 A la hora del sacrificio de la tarde, salí de mi abatimiento y, con mis vestidos y manto rasgados, caí de rodillas, extendí las manos hacia Yahveh, mi Dios, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y a la hora del sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción; y habiendo rasgado mi vestidura y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis manos a Jehová mi Dios, |
A continuación, Salomón se puso frente al altar del Señor y, en presencia de toda la asamblea de Israel, extendió las manos hacia el cielo
si luego algún israelita, consciente de su dolor, extiende sus manos hacia este templo, ora y te suplica,
Salomón había estado ante el altar del Señor, de rodillas y con las manos extendidas hacia el cielo. Cuando terminó de orar y de hacer esta súplica al Señor, se levantó
Había mandado a construir y colocar en medio del atrio una plataforma de bronce cuadrada, que medía cinco codos por lado y tres codos de alto. Allí, sobre la plataforma, se arrodilló y, extendiendo las manos al cielo,
Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo.
Que suba a tu presencia mi oración como una ofrenda de incienso, mis manos levantadas como el sacrificio de la tarde.
Hacia ti extiendo las manos; me haces falta, como el agua a la tierra seca. Selah
¡Vengan, postrémonos reverentes! Doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor!
—En cuanto yo salga de la ciudad —contestó Moisés—, elevaré mis manos al Señor, cesarán los truenos y dejará de granizar. Así sabrás que la tierra es del Señor.
Tan pronto como Moisés dejó al faraón y salió de la ciudad, elevó sus manos al Señor y enseguida cesaron los truenos y dejó de granizar y de llover sobre la tierra.
Cuando levantan sus manos, yo aparto de ustedes mis ojos; aunque multipliquen sus oraciones, no las escucharé. »¡Tienen las manos llenas de sangre!
«En aquella ocasión yo, Daniel, pasé tres semanas como si estuviera de luto.
Entonces se separó de ellos a una buena distancia, se arrodilló y empezó a orar:
Pero al cabo de algunos días, partimos y continuamos nuestro viaje. Todos los discípulos, incluso las mujeres y los niños, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad, y allí en la playa nos arrodillamos y oramos.