y les dijeron: —No traigan aquí a los prisioneros, porque eso nos haría culpables ante el Señor. ¿Acaso pretenden aumentar nuestros pecados y nuestras faltas? ¡Ya es muy grande nuestra culpa, y la ira del Señor se ha encendido contra Israel!
Esdras 10:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Entonces el sacerdote Esdras se puso en pie y les dijo: —Ustedes han sido infieles y han aumentado la culpa de Israel, pues han contraído matrimonio con mujeres extranjeras. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y se levantó el sacerdote Esdras y les dijo: Vosotros habéis pecado, por cuanto tomasteis mujeres extranjeras, añadiendo así sobre el pecado de Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Esdras, el sacerdote, se puso de pie y les dijo: —Ustedes han cometido un pecado terrible; al casarse con mujeres paganas, han aumentado la culpa de Israel. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces se levantó el sacerdote Esdras y les dijo: 'Ustedes han sido infieles, se han casado con mujeres extranjeras y han aumentado así la culpa de Israel. La Biblia Textual 3a Edicion Y el sacerdote Esdras se levantó y les dijo: Vosotros habéis sido infieles cohabitando con mujeres extranjeras, aumentando la culpabilidad de Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces se levantó el sacerdote Esdras y les dijo: 'Vosotros habéis prevaricado al tomar por esposas a mujeres extranjeras, aumentando de este modo los pecados de Israel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y se levantó Esdras el sacerdote, y les dijo: Vosotros habéis prevaricado, por cuanto tomasteis esposas extranjeras, añadiendo así sobre el pecado de Israel. |
y les dijeron: —No traigan aquí a los prisioneros, porque eso nos haría culpables ante el Señor. ¿Acaso pretenden aumentar nuestros pecados y nuestras faltas? ¡Ya es muy grande nuestra culpa, y la ira del Señor se ha encendido contra Israel!
Ahora, pues, confiesen su pecado al Señor, Dios de nuestros antepasados, y hagan lo que a él le agrada. Sepárense de los paganos y de las mujeres extranjeras.
Por lo tanto, a los tres días, en el día veinte del mes noveno, se reunieron en Jerusalén todos los hombres de Judá y de Benjamín. Todo el pueblo se sentó en la plaza del Templo de Dios, temblando por causa de ese asunto e intimidados por el aguacero que caía.
¿Cómo es posible que volvamos a quebrantar tus mandamientos contrayendo matrimonio con las mujeres de estos pueblos que tienen prácticas abominables? ¿Acaso no sería justo que te enojaras con nosotros y nos destruyeras hasta no dejar remanente ni que nadie escape?
y dije en oración: «Dios mío, estoy avergonzado y humillado como para levantar el rostro hacia ti, porque nuestras maldades se han amontonado hasta cubrirnos por completo; nuestra culpa ha llegado hasta el cielo.
»¡Y ahora ustedes, nido de pecadores, vienen en lugar de sus antepasados para aumentar la ira del Señor contra Israel!