Y el Señor le preguntó: —¿De dónde vienes? —Vengo de rondar la tierra y de recorrerla de un extremo a otro —respondió Satanás.
Efesios 6:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales. Biblia Católica (Latinoamericana) Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba. La Biblia Textual 3a Edicion porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los gobernadores del mundo° de las tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, con los seres espirituales de la maldad que están en las alturas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra malicias espirituales en las alturas. |
Y el Señor le preguntó: —¿De dónde vienes? —Vengo de rondar la tierra y de recorrerla de un extremo a otro —respondió Satanás.
—Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás —dijo Jesús—, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo.
pero las preocupaciones de esta vida, el engaño de las riquezas y muchos otros malos deseos entran hasta ahogar la palabra, de modo que esta no llega a dar fruto.
—Esfuércense por entrar por la puerta estrecha —contestó—, porque les digo que muchos tratarán de entrar y no podrán.
Todos los días estaba con ustedes en el Templo y no se atrevieron a ponerme las manos encima. Pero ya ha llegado la hora de ustedes, cuando reinan las tinieblas.
El juicio de este mundo ha llegado ya y el príncipe de este mundo va a ser expulsado.
Ya no hablaré más con ustedes, porque viene el príncipe de este mundo. Él no tiene ningún dominio sobre mí,
y en cuanto al juicio, porque el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado.
para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados”.
Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes,
Les declaro, hermanos, que el cuerpo mortal no puede heredar el reino de Dios ni lo corruptible puede heredar lo incorruptible.
El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
revelarme a su Hijo para que yo lo predicara entre los no judíos, no consulté con nadie.
muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no solo en este mundo, sino también en el venidero.
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo.
en los cuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducían según el que gobierna los aires, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia.
El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales,
Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo,
Desarmó a los poderes y a las autoridades y, por medio de Cristo, los humilló en público al exhibirlos en su desfile triunfal.
Así mismo, el atleta no recibe la corona de vencedor si no compite según el reglamento.
Por tanto, también nosotros que estamos rodeados de una nube tan grande de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.
En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.
quien subió al cielo y tomó su lugar a la derecha de Dios y a quien están sometidos los ángeles, las autoridades y los poderes.