»Yo mismo dije: »“¡Cómo quisiera tratarte como a un hijo y darte una tierra deliciosa, la heredad más hermosa de las naciones!”. Yo creía que me llamarías “Padre mío” y que nunca dejarías de seguirme.
Efesios 1:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, Biblia Nueva Traducción Viviente Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. Biblia Católica (Latinoamericana) nos destinó de antemano
para ser hijos suyos en Jesucristo
y por medio de él.
Así lo quiso y le pareció bien La Biblia Textual 3a Edicion habiéndonos predestinado en amor para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesús el Mesías, según la complacencia de su voluntad, Biblia Serafín de Ausejo 1975 nos había predestinado a ser hijos adoptivos suyos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, Biblia Reina Valera Gómez (2023) habiéndonos predestinado para la adopción de hijos por Jesucristo para sí, según el beneplácito de su voluntad, |
»Yo mismo dije: »“¡Cómo quisiera tratarte como a un hijo y darte una tierra deliciosa, la heredad más hermosa de las naciones!”. Yo creía que me llamarías “Padre mío” y que nunca dejarías de seguirme.
Ninguno de los pueblos de la tierra merece ser tomado en cuenta. Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos.
»Con todo, los israelitas serán tan numerosos como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el mismo lugar donde se les llamó Loamí, se les llamará “hijos del Dios viviente”.
Pero no tuvo relaciones conyugales con ella hasta que dio a luz un hijo, a quien le puso por nombre Jesús.
En aquel momento Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque esa fue tu buena voluntad.
Los habitantes de Nínive se levantarán en el juicio contra esta generación y la condenarán; porque ellos se arrepintieron al escuchar la predicación de Jonás y aquí tienen ustedes a uno más importante que Jonás.
»No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino.
Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hechos hijos de Dios.
y no solo por esa nación, también por los hijos de Dios que estaban dispersos, para congregarlos y unificarlos.
Jesús le dijo: —No me detengas, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes”.
Al oír esto, los que no eran judíos se alegraron y celebraron la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna.
Y no solo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo.
Pablo, llamado por la voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo Jesús, y nuestro hermano Sóstenes,
Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen.
Y: «Yo seré un Padre para ustedes y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor Todopoderoso».
En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad,
Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de antemano estableció en Cristo,
pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.
Por eso oramos constantemente por ustedes, para que nuestro Dios los considere dignos del llamamiento que les ha hecho, y por su poder cumpla todo propósito de bien y toda obra que realicen por la fe.
A la vez, Dios ratificó su testimonio acerca de ella con señales, prodigios, diversos milagros y dones distribuidos por el Espíritu Santo según su voluntad.
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente, porque no lo conoció a él.
El que salga vencedor heredará todo esto y yo seré su Dios y él será mi hijo.