Eclesiastés 5:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Si en alguna provincia ves que se oprime al pobre y que a la gente se le niega un juicio justo, no te asombres de tales cosas; porque a un alto oficial lo vigila otro más alto y, por encima de ellos, hay otros altos oficiales. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos. Biblia Nueva Traducción Viviente No te sorprendas si ves que un poderoso oprime a un pobre o que no se hace justicia en toda la tierra. Pues todo funcionario está bajo las órdenes de otro superior a él, y la justicia se pierde entre trámites y burocracia. Biblia Católica (Latinoamericana) El país avanzará si el rey se pone al servicio de los campos. La Biblia Textual 3a Edicion Si ves la opresión a los pobres, y la perversión del derecho y la justicia en alguna provincia, no te turbes a causa de esto, porque sobre el alto vigila otro más alto, y hay Alguien aún más alto que ellos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El fruto de la tierra es para todos: hasta el rey está al servicio del campo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si miras opresión de pobres, y extorsión de derecho y de justicia en una provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto está mirando otro más alto, y uno más alto está sobre ellos. |
Así mismo, construyó torres en el desierto y cavó un gran número de pozos, pues tenía mucho ganado en la llanura y en la meseta. Tenía también agricultores y viñadores que trabajaban en las montañas y en los valles, pues era un amante de la agricultura.
«Por la aflicción de los oprimidos y por el gemido del pobre, voy a levantarme», dice el Señor, «y los pondré a salvo de quienes los oprimen».
¡Destrúyelos, Señor! ¡Confunde su lenguaje! En la ciudad solo veo contiendas y violencia;
Que sepan que tú eres el Señor, que ese es tu nombre; que sepan que solo tú eres el Altísimo sobre toda la tierra.
Oprimir al pobre para enriquecerse y hacerle regalos al rico: ¡buena manera de empobrecerse!
Pues aunque digas: «Yo no lo sabía», ¿no habrá de darse cuenta el que examina los corazones? ¿No habrá de saberlo el que vigila tu vida? ¡Él paga a cada uno según sus acciones!
He visto algo más bajo el sol: Maldad donde se dictan las sentencias y maldad donde se imparte la justicia.
Luego me fijé en tanta opresión que hay bajo el sol. Vi llorar a los oprimidos y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores y no había quien los consolara.
Todo esto vi al dedicarme de lleno a conocer todo lo que se hace bajo el sol: hay veces que el ser humano domina a otros para su propio mal.
Cuando el Señor termine lo que va a hacer contra el monte Sión y contra Jerusalén, él dirá: «Castigaré el fruto del orgulloso corazón del rey de Asiria y la arrogancia de sus ojos.
¿Con qué derecho aplastan a mi pueblo y trituran el rostro de los pobres?», afirma el Señor, el Señor de los Ejércitos.
Entonces el ángel del Señor salió y mató a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio. A la mañana siguiente, cuando los demás se levantaron, allí estaban tendidos todos los cadáveres.
La viña del Señor de los Ejércitos es la nación de Israel; el pueblo de Judá es su huerto preferido. Él esperaba justicia, pero encontró ríos de sangre; esperaba rectitud, pero encontró gritos de angustia.
Porque lo dice el Alto y Excelso, el que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados.
En cuanto a su padre, merece morir por su propio pecado, porque fue un opresor, robó a su prójimo e hizo lo malo en medio de su pueblo.
¡Yo sé cuán numerosos son sus delitos, cuán grandes sus pecados! Ustedes oprimen al justo, exigen soborno y en los tribunales atropellan al necesitado.
¿Acaso galopan los caballos por las rocas o se ara con bueyes el mar? Pero ustedes han convertido el derecho en veneno, y en amargura el fruto de la justicia.
Echan de sus preciadas casas a las mujeres de mi pueblo. Quitan mi bendición de sus niños para siempre.
»Así dice el Señor de los Ejércitos: “Al remanente de este pueblo podrá parecerle maravilloso en aquellos días, ¿pero también a mí me parecerá maravilloso?”, afirma el Señor de los Ejércitos.
«De modo que me acercaré a ustedes para juicio. Estaré presto a testificar contra los hechiceros, los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan a sus jornaleros; contra los que oprimen a las viudas, a los huérfanos y niegan el derecho del extranjero, sin mostrarme ningún temor —dice el Señor de los Ejércitos—.
Él será un gran hombre y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David
Y el ángel dijo: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.
»Y tú, hijito mío, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para prepararle el camino.
Al instante, un ángel del Señor lo hirió porque no le había dado la gloria a Dios, y Herodes murió comido por gusanos.
¡Qué profundo es el conocimiento, la riqueza y la sabiduría de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!
porque habrá un juicio sin compasión para el que actúe sin compasión. ¡La compasión triunfa en el juicio!
Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito.