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Eclesiastés 2:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Realicé grandes obras: me construí casas, me planté viñedos,

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Biblia Reina Valera 1960

Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

También traté de encontrar sentido a la vida edificándome enormes mansiones y plantando hermosos viñedos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Emprendí grandes obras. Me edifiqué casas, me planté viñas,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Engrandecí mis obras, me edifiqué palacios y planté viñedos para mí;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Emprendí grandes obras: me edifiqué palacios, planté viñedos,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Engrandecí mis obras, me edifiqué casas, me planté viñas;

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Otras versiones



Eclesiastés 2:4
17 Referencias Cruzadas  

Luego dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo, nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra».


En vida, Absalón se había erigido un monumento en el valle del Rey, pues pensaba: «No tengo ningún hijo que conserve mi memoria». Así que a esa estela le puso su propio nombre, y por eso hasta la fecha se conoce como la Estela de Absalón.


«Hagamos un pacto tú y yo, como el que hicieron tu padre y el mío. Aquí te envío un presente de oro y plata. Anula tu pacto con Basá, rey de Israel, para que se marche de aquí».


Cuando Salomón terminó de construir el Templo del Señor y el palacio real, cumpliendo así todos sus propósitos y deseos,


Simí, de Ramat, estaba a cargo de los viñedos. Zabdí, de Sefán, era el encargado de almacenar el vino en las bodegas.


Así mismo, construyó torres en el desierto y cavó un gran número de pozos, pues tenía mucho ganado en la llanura y en la meseta. Tenía también agricultores y viñadores que trabajaban en las montañas y en los valles, pues era un amante de la agricultura.


A la hija del faraón, Salomón la trasladó de la Ciudad de David al palacio que le había construido, pues dijo: «Mi esposa no debe vivir en el palacio de David, rey de Israel, porque los lugares donde ha estado el arca del Señor son sagrados».


Aunque tuvieron tierras a su nombre, sus tumbas serán su hogar eterno, su morada por todas las generaciones.


Mi amado es para mí como un ramito de azahar de las viñas de Engadi.


Vayamos temprano a los viñedos para ver si han retoñado las vides, si han abierto las flores, si ya florecen los granados. ¡Allí te brindaré mis caricias!


Cantaré en nombre de mi querido amigo una canción dedicada a su viña. Mi querido amigo tenía una viña en una ladera fértil.


exclamó: «¿No es esta la gran Babilonia que he construido como capital del reino, con mi enorme poder y para la gloria de mi majestad?».