La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Eclesiastés 12:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Vanidad de vanidades, ¡todo es vanidad! —dice el Maestro.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

«Nada tiene sentido —dice el Maestro—, ningún sentido en absoluto».

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Esto no tiene sentido! decía Qohelet, ¡nada a qué aferrarse!

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Vanidad de vanidades, dice Cohélet. ¡Todo es vanidad!

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¡Vanidad de vanidades!, dice Qohélet. ¡Todo es vanidad!

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad.

Ver Capítulo
Otras versiones



Eclesiastés 12:8
10 Referencias Cruzadas  

Una quimera es la gente de humilde cuna, y una mentira la gente de alta alcurnia; si se les pusiera juntos en la balanza, pesarían menos que un soplo.


Estas son las palabras del Maestro, hijo de David, rey en Jerusalén.


Yo, el Maestro, reiné en Jerusalén sobre Israel.


Y he observado todo cuanto se hace bajo el sol y todo ello es vanidad, ¡es correr tras el viento!


Me he dedicado de lleno a la comprensión de la sabiduría, y hasta conozco la necedad y la insensatez. ¡Pero aun esto es querer alcanzar el viento!


Vanidad de vanidades —dice el Maestro—, vanidad de vanidades, ¡todo es vanidad!


Aborrecí entonces la vida, pues todo cuanto se hace bajo el sol me resultaba repugnante. Realmente, todo es vanidad; ¡es correr tras el viento!


Vi, además, que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es vanidad; ¡es correr tras el viento!


En realidad, ¿quién sabe qué le conviene a una persona en esta breve y vana vida suya por donde pasa como una sombra? ¿Y quién puede decirle lo que sucederá bajo el sol después de su muerte?


Nadie tiene poder sobre el viento para retenerlo; ni hay quien tenga poder sobre el día de su muerte. No hay licencias durante la batalla, ni la maldad deja libre al malvado.