Si él les impuso un yugo pesado, ¡yo les aumentaré la carga! Y, si él los castigaba a ustedes con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!”.
Eclesiastés 10:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 ¡Ay del país cuyo rey es un inmaduro y cuyos príncipes festejan desde temprano! Más versionesBiblia Reina Valera 1960 ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es muchacho, y tus príncipes banquetean de mañana! Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Qué tristeza sufrirá el pueblo gobernado por un sirviente, cuyos líderes hacen fiesta desde la mañana! Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Pobre de ti, país, cuyo rey es un muchacho y cuyos jefes están de parranda desde la mañana! La Biblia Textual 3a Edicion ¡Ay de ti, oh tierra, cuando tu rey es un muchacho, Y tus príncipes banquetean° de mañana! Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Ay de ti, país, que por rey tienes un niño y cuyos príncipes banquetean ya de mañana! Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es muchacho, y tus príncipes banquetean de mañana! |
Si él les impuso un yugo pesado, ¡yo les aumentaré la carga! Y, si él los castigaba a ustedes con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!”.
Unos hombres ociosos y perversos se unieron a Roboán, hijo de Salomón, cuando este era joven y débil de carácter, y se le impusieron, de modo que no pudo hacerles frente.
Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén once años.
Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses.
Joacim tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén once años, pero hizo lo malo ante los ojos del Señor su Dios.
Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén tres meses y diez días, pero hizo lo malo ante los ojos del Señor.
El gobernante falto de juicio es terrible opresor; el que aborrece las ganancias deshonestas prolonga su vida.
¡Pobre pueblo mío, oprimido por niños y gobernado por mujeres! ¡Pobre pueblo mío, extraviado por tus guías, que tuercen el curso de tu senda!
Adviértele a la dinastía de David que así dice el Señor: »“Hagan justicia cada mañana y libren al explotado del poder del opresor. No sea que mi ira se encienda como un fuego y arda sin que nadie pueda extinguirla, a causa de la maldad de sus acciones.