La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Daniel 9:23 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Tan pronto como comenzaste a orar, hubo una respuesta que vine a decirte, porque eres muy apreciado. Presta, pues, atención a mis palabras, para que entiendas la visión.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

En cuanto comenzaste a orar, se dio una orden y ahora estoy aquí para decírtela, porque eres muy precioso para Dios. Presta mucha atención, para que puedas entender el significado de la visión.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Al principio de tu oración salió una palabra y he venido para dártela a conocer porque eres amado de Dios. Aplica tu espíritu a esa palabra y comprende la visión.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres varón muy amado. Presta pues atención a la palabra y entiende la visión:

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Al comenzar tus súplicas, se dio una orden y he venido a comunicártela, porque eres un hombre apreciado. Fija tu atención en esta orden y comprende la visión.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Al principio de tus súplicas fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, el asunto, y considera la visión.

Ver Capítulo
Otras versiones



Daniel 9:23
12 Referencias Cruzadas  

Entonces Isaías, hijo de Amoz, envió este mensaje a Ezequías: «Así dice el Señor, Dios de Israel: Por cuanto me has rogado respecto a Senaquerib, rey de Asiria, te he escuchado.


El Señor aborrece los sacrificios de los malvados, pero se complace en la oración de los justos.


Yo soy de mi amado y él me desea con pasión.


Y si Noé, Daniel y Job vivieran en ese país, solo ellos se salvarían por su justicia. Lo afirmo yo, el Señor y Dios.


«Hijo de hombre, voy a quitarte de golpe el deleite de tus ojos. Pero no llores ni hagas lamentos, ni dejes tampoco que te corran las lágrimas.


Además, saquearán tus riquezas y robarán tus mercancías. Derribarán tus muros, demolerán tus suntuosos palacios y arrojarán al mar tus piedras, vigas y escombros.


En el tercer año del reinado de Ciro de Persia, Daniel, que también se llamaba Beltsasar, recibió una revelación acerca de una gran guerra. El mensaje era verdadero y Daniel pudo comprender su significado en la visión.


Dijo: “No temas, eres muy apreciado. ¡La paz sea contigo! ¡Sé fuerte, sé fuerte!”. »Mientras él me hablaba, yo fui fortaleciéndome y dije: “¡Habla, mi señor!, porque me has fortalecido”.


Y tanto se distinguió Daniel entre los administradores y los sátrapas por sus extraordinarias cualidades que el rey pensó en ponerlo al frente de todo el reino.


»Así que, cuando vean en el lugar santo “la abominación que causa destrucción”, de la que habló el profeta Daniel (el que lee, que lo entienda),


El ángel se acercó a ella y le dijo: —¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo.