Su Majestad ha emitido un decreto ordenando que todo el que oiga el sonido de trompetas, flautas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y todo tipo de música se incline ante la estatua de oro y la adore.
Daniel 3:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 También ha ordenado que todo el que no se incline ante la estatua ni la adore sea arrojado a un horno en llamas. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Biblia Nueva Traducción Viviente Ese decreto también establece que quienes se rehúsen a obedecer serán arrojados dentro de un horno ardiente. Biblia Católica (Latinoamericana) También dijiste que cualquiera que no se postrara en tierra ni la adorara, sería echado a un horno ardiente. La Biblia Textual 3a Edicion y el que no se postre en adoración, sea arrojado dentro del horno de fuego abrasador. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y que el que no se postre y no la adore será arrojado a un horno de fuego ardiente. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y el que no se postrase y adorase, fuese echado dentro de un horno de fuego ardiendo. |
Su Majestad ha emitido un decreto ordenando que todo el que oiga el sonido de trompetas, flautas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y todo tipo de música se incline ante la estatua de oro y la adore.
Pero hay algunos judíos, a quienes ha puesto al frente de la provincia de Babilonia, que no acatan sus órdenes, Su Majestad. No adoran a los dioses de Su Majestad ni a la estatua de oro que mandó erigir. Se trata de Sadrac, Mesac y Abednego.
Todo el que no se incline ante ella ni la adore será arrojado de inmediato a un horno en llamas».
Ellos respondieron: —Pues Daniel, que es uno de los exiliados de Judá, no toma en cuenta a Su Majestad ni el decreto que ha promulgado. ¡Continúa orando tres veces al día!
Nosotros los administradores reales, junto con los prefectos, sátrapas, consejeros y gobernadores, convenimos en que Su Majestad debiera emitir y confirmar un decreto que exija que, durante los próximos treinta días, sea arrojado al foso de los leones todo el que adore a cualquier dios u hombre que no sea Su Majestad.
«Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas; pero cuando abrimos, no encontramos a nadie adentro».