La voz del Señor está sobre las aguas; resuena el trueno del Dios de la gloria; el Señor está sobre las aguas impetuosas.
Apocalipsis 10:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 y dio un grito tan fuerte que parecía el rugido de un león. Entonces los siete truenos levantaron también sus voces. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. Biblia Nueva Traducción Viviente y dio un fuerte grito, como el rugido de un león. Y cuando gritó, los siete truenos respondieron. Biblia Católica (Latinoamericana) y gritó su anuncio con voz tremenda, parecida al rugido del león; al momento los siete truenos entregaron su propio mensaje. La Biblia Textual 3a Edicion clamó a gran voz, como ruge° un león; y cuando clamó, los siete truenos emitieron sus propias voces. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y gritó con gran voz, como ruge el león. Cuando gritó, los siete truenos dieron su propio estampido. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y clamó con gran voz, como cuando un león ruge; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. |
La voz del Señor está sobre las aguas; resuena el trueno del Dios de la gloria; el Señor está sobre las aguas impetuosas.
Porque así me dice el Señor: «Como león que gruñe sobre la presa cuando contra él se reúne toda una cuadrilla de pastores; como cachorro de león que no se asusta por sus gritos ni se inquieta por su tumulto, así también el Señor de los Ejércitos descenderá para combatir sobre el monte Sión, sobre su cumbre.
El Señor marchará como un campeón; como hombre de guerra despertará su celo. Con gritos y alaridos se lanzará al combate y triunfará sobre sus enemigos.
Su rugido es el de una leona, como el de los leoncillos: gruñe y atrapa la presa, y se la lleva sin que nadie se la arrebate.
»Tú, Jeremías, profetiza contra ellos todas estas palabras: »“Ruge el Señor desde lo alto; desde su santa morada hace tronar su voz. Ruge violento contra su rebaño; grita como los que pisan la uva, contra todos los habitantes del mundo.
El ruido de las alas de los querubines llegaba hasta el atrio exterior y era semejante a la voz del Dios Todopoderoso.
El Señor rugirá como león y ellos lo seguirán. Cuando él lance su rugido, sus hijos vendrán temblando de occidente.
Rugirá el Señor desde Sión, hará tronar su voz desde Jerusalén y el cielo y la tierra temblarán. Pero el Señor será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los israelitas.
Él dijo: «Ruge el Señor desde Sión; truena su voz desde Jerusalén. Los pastizales de los pastores quedan asolados, y se seca la cumbre del Carmelo».
Ruge el león; ¿quién no temblará de miedo? Habla el Señor y Dios; ¿quién no profetizará?
Oí un sonido que venía del cielo, como el estruendo de una catarata y el retumbar de un gran trueno. El sonido se parecía al de músicos que tañen sus arpas.
Vi en el cielo otra señal grande y maravillosa: siete ángeles con las siete plagas, que son las últimas, pues con ellas se consumará la ira de Dios.
Uno de los cuatro seres vivientes dio a cada uno de los siete ángeles una copa de oro llena del furor de Dios, quien vive por los siglos de los siglos.
Del trono salían relámpagos, estruendos y truenos. Delante del trono ardían siete antorchas de fuego, que son los siete espíritus de Dios,
Luego el ángel tomó el incensario y lo llenó con brasas del altar, las cuales arrojó sobre la tierra; y se produjeron truenos, estruendos, relámpagos y un terremoto.