«Por la aflicción de los oprimidos y por el gemido del pobre, voy a levantarme», dice el Señor, «y los pondré a salvo de quienes los oprimen».
2 Samuel 22:28 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Das la victoria a los humildes, pero tu mirada humilla a los altaneros. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque tú salvas al pueblo afligido, Mas tus ojos están sobre los altivos para abatirlos. Biblia Nueva Traducción Viviente Rescatas al humilde, pero tus ojos observan al orgulloso y lo humillas. Biblia Católica (Latinoamericana) Acudes a ayudar a un pueblo humilde,
y humillas a los ojos altaneros. La Biblia Textual 3a Edicion Tú salvas al pueblo afligido, Y humillas los ojos soberbios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú, en efecto, redimes al humilde, y humillas a los de ojos altaneros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tú salvas al pueblo afligido; mas tus ojos están sobre los altivos, para abatirlos. |
«Por la aflicción de los oprimidos y por el gemido del pobre, voy a levantarme», dice el Señor, «y los pondré a salvo de quienes los oprimen».
Señor, mi corazón no es orgulloso ni son altivos mis ojos; no busco grandezas desmedidas ni proezas que excedan a mis fuerzas.
El Señor es excelso, pero toma en cuenta al humilde y reconoce de lejos al orgulloso.
Yo sé que el Señor hace justicia al pobre y defiende el derecho de los necesitados.
Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón y le advirtieron: «Así dice el Señor y Dios de los hebreos: “¿Hasta cuándo te opondrás a humillarte en mi presencia? Deja ir a mi pueblo para que me rinda culto.
Ahora sé que el Señor es más grande que todos los dioses, por lo que hizo a quienes trataron a Israel con arrogancia».
Los ojos altivos, el corazón orgulloso y la luz de los malvados son pecado.
La altivez de la humanidad será abatida y la arrogancia humana será humillada. En aquel día solo el Señor será exaltado
¿A quién has insultado? ¿Contra quién has blasfemado? ¿Contra quién has alzado la voz y levantado los ojos con orgullo? ¡Contra el Santo de Israel!
El pueblo será humillado, la humanidad, doblegada y abatidos los ojos altivos.
Si ellos se angustiaban, él también se angustiaba; el ángel de su presencia los salvó. En su amor y misericordia los rescató; los levantó y los llevó en los tiempos de antaño.
Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia; además, es capaz de humillar a los soberbios.
«Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.
Porque todo el que a sí mismo se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.