Cuando el centinela se lo anunció al rey, este comentó: —Si viene solo, debe de traer buenas noticias. Pero, mientras el hombre seguía corriendo y se acercaba,
2 Samuel 18:26 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 el centinela se dio cuenta de que otro hombre corría detrás de él, así que le anunció al guarda de la puerta: —¡Por ahí viene otro hombre corriendo solo! —Ese también debe de traer buenas noticias —dijo el rey. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 vio el atalaya a otro que corría; y dio voces el atalaya al portero, diciendo: He aquí otro hombre que corre solo. Y el rey dijo: Este también es mensajero. Biblia Nueva Traducción Viviente el centinela vio que otro hombre corría hacia ellos. Gritó hacia abajo: —¡Allí viene otro! El rey respondió: —También trae noticias. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras se acercaba el hombre, el centinela divisó a otro que corría detrás, llamó al portero y le dijo: 'Hay otro hombre que también viene corriendo solo'. El rey dijo: 'También ese trae buenas noticias'. La Biblia Textual 3a Edicion Y el atalaya vio a otro hombre corriendo; y el atalaya dio voces al portero y dijo: He aquí otro° hombre que corre solo. Y el rey dijo: Ese también trae buenas nuevas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 el centinela divisó a otro que también venía corriendo. Gritó, pues, al portero y le dijo: 'Viene corriendo otro hombre solo'. El rey exclamó: 'También éste trae buenas noticias'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) el atalaya vio a otro que corría; y dio voces el atalaya al portero, diciendo: He aquí otro hombre que corre solo. Y el rey dijo: Este también es mensajero. |
Cuando el centinela se lo anunció al rey, este comentó: —Si viene solo, debe de traer buenas noticias. Pero, mientras el hombre seguía corriendo y se acercaba,
El centinela añadió: —Me parece que el primero corre como Ajimaz, hijo de Sadoc. —Es un buen hombre —comentó el rey—; seguro que trae buenas noticias.
Así que fueron a la ciudad y llamaron a los centinelas. Les dijeron: «Fuimos al campamento de los arameos y ya no había nadie allí. Solo se oía a los caballos y asnos, que estaban atados. Y las tiendas las dejaron tal como estaban».