Yo me acerqué y lo maté, pues me di cuenta de que no iba a sobrevivir al desastre. Luego le quité la corona de la cabeza y el brazalete que llevaba en el brazo para traérselos a usted, mi señor.
2 Samuel 1:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Entonces me pidió que me acercara y me ordenó: “¡Mátame de una vez, pues estoy agonizando y no acabo de morir!”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Él me volvió a decir: Te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida está aún toda en mí. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces me suplicó: “Ven aquí y sácame de mi sufrimiento, porque el dolor es terrible y quiero morir”. Biblia Católica (Latinoamericana) Me dijo: Acércate y dame muerte, todavía me quedan fuerzas pero siento que me voy a desmayar. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces me dijo: Ponte junto a mí y mátame ya, porque la agonía° se ha apoderado de mí, aunque mi vida está todavía en mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Díjome entonces: 'Acércate a mí y mátame. Se ha apoderado de mí un espasmo de muerte, pero todavía estoy lleno de vida'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él me volvió a decir: Yo te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia, y mi vida aún está toda en mí. |
Yo me acerqué y lo maté, pues me di cuenta de que no iba a sobrevivir al desastre. Luego le quité la corona de la cabeza y el brazalete que llevaba en el brazo para traérselos a usted, mi señor.
Saúl dijo a su escudero: «Saca la espada y mátame, no sea que esos incircuncisos me maten cuando lleguen y se burlen de mí». Pero el escudero estaba tan asustado que no quiso hacerlo, de modo que Saúl mismo tomó su espada y se dejó caer sobre ella.
En aquellos días la gente buscará la muerte, pero no la encontrará; desearán morir, pero la muerte huirá de ellos.
De inmediato llamó Abimélec a su escudero y ordenó: «Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: “¡Lo mató una mujer!”». Entonces su escudero clavó la espada y así murió.
Saúl dijo a su escudero: «Saca la espada y mátame, no sea que esos incircuncisos me atraviesen cuando lleguen y se burlen de mí». Pero el escudero estaba tan asustado que no quiso hacerlo, de modo que Saúl mismo tomó su espada y se dejó caer sobre ella.