Porque así dice el Señor, Dios de Israel: “No se agotará la harina de la tinaja ni se acabará el aceite del jarro, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra”.
2 Reyes 4:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Cuando ya todas estuvieron llenas, ella pidió a uno de sus hijos que le pasara otra más y él respondió: «Ya no hay». En ese momento se acabó el aceite. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Pronto todas las jarras estaban llenas hasta el borde! —Tráeme otra jarra —le dijo a uno de sus hijos. —¡Ya no hay más! —le respondió. Al instante, el aceite de oliva dejó de fluir. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando los cántaros estuvieron llenos, dijo a su hijo: 'Pásame uno más'. Pero éste le dijo: 'Ya no hay más'. Y el aceite dejó de correr. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que cuando las vasijas estaban llenas, dijo a un hijo suyo: Acércame otra vasija; y él le respondió: No hay ni una vasija más. Entonces cesó el aceite. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo ella a uno de sus hijos: 'Acércame otra vasija'. Pero él respondió: 'Ya no hay más'. Y entonces el aceite cesó. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sucedió que cuando las vasijas fueron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otra vasija. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. |
Porque así dice el Señor, Dios de Israel: “No se agotará la harina de la tinaja ni se acabará el aceite del jarro, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra”.
Ante eso, el hombre de Dios se enojó y dijo: —Debiste haber golpeado el suelo cinco o seis veces; entonces habrías derrotado a los arameos hasta acabar con ellos. Pero ahora los derrotarás solo tres veces.
Enseguida la mujer dejó a Eliseo y se fue. Luego se encerró con sus hijos y empezó a llenar las vasijas que ellos le pasaban.
Todos comieron hasta quedar satisfechos y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos que sobraron.
Todos comieron hasta quedar satisfechos. Después los discípulos recogieron siete cestas llenas de pedazos que sobraron.
así que toda la gente procuraba tocarlo, porque de él salía poder que sanaba a todos.
Una vez que quedaron satisfechos, dijo a sus discípulos: —Recojan los pedazos que sobraron, para que no se desperdicie nada.
Un día después dejó de caer maná y durante ese año el pueblo se alimentó de los frutos de la tierra de Canaán.