En ese momento, cayó el fuego del Señor y quemó el holocausto, la leña, las piedras y el suelo, y hasta lamió el agua de la zanja.
2 Reyes 1:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 —Si soy hombre de Dios —repuso Elías—, ¡que caiga fuego del cielo y te consuma junto con tus cincuenta soldados! Una vez más, fuego de Dios cayó del cielo y consumió al oficial y a sus soldados. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y le respondió Elías y dijo: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, y lo consumió a él y a sus cincuenta. Biblia Nueva Traducción Viviente Elías respondió: —Si yo soy un hombre de Dios, ¡que caiga fuego del cielo y te destruya a ti y a tus cincuenta hombres! Y de nuevo el fuego de Dios cayó del cielo y los mató a todos. Biblia Católica (Latinoamericana) Elías le respondió: '¡Si soy hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta hombres!' Y el fuego de Dios bajó del cielo, y lo devoró a él y a sus cincuenta hombres. La Biblia Textual 3a Edicion Y respondió Elías: Si yo soy varón de Dios, ¡descienda fuego de los cielos y te consuma a ti y a tus cincuenta! Y bajó fuego de Dios de los cielos y lo consumió a él y a sus cincuenta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondió Elías y les dijo: 'Si soy hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta hombres'. Y al instante bajó del cielo un fuego de Dios que los devoró a él y a sus cincuenta. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y les respondió Elías, y dijo: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo y te consuma con tus cincuenta. Y el fuego de Dios descendió del cielo y lo consumió a él y a sus cincuenta. |
En ese momento, cayó el fuego del Señor y quemó el holocausto, la leña, las piedras y el suelo, y hasta lamió el agua de la zanja.
Así que el rey envió a otro capitán con otros cincuenta soldados en busca de Elías. —Hombre de Dios —dijo—, el rey le ordena que baje inmediatamente.
Por tercera vez el rey envió a un capitán con otros cincuenta soldados. Cuando este llegó hasta donde estaba Elías, se puso de rodillas delante de él y le imploró: —Hombre de Dios, le ruego que respete mi vida y la de estos cincuenta servidores suyos.
No había terminado de hablar este mensajero cuando uno más llegó y dijo: «El fuego de Dios cayó del cielo y quemó a las ovejas y a los criados. ¡Solo yo pude escapar para venir a contárselo!».
Entonces salió de la presencia del Señor un fuego que los consumió y murieron ante él.