¡Por causa de Cristo nosotros somos los ignorantes; ustedes en Cristo son los inteligentes! ¡Los débiles somos nosotros, los fuertes son ustedes! ¡A ustedes se les estima, a nosotros se nos desprecia!
2 Corintios 11:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Ya que muchos presumen como lo hace el mundo, yo también lo haré. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Puesto que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré; Biblia Nueva Traducción Viviente Ya que otros se jactan de sus logros humanos, yo también lo haré. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, si tanta gente hace valer sus méritos en forma tan humana, yo también lo haré. La Biblia Textual 3a Edicion Puesto que muchos se glorían en la carne, yo también me gloriaré, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ya que muchos se jactan de lo humano, también yo me jactaré. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Puesto que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré. |
¡Por causa de Cristo nosotros somos los ignorantes; ustedes en Cristo son los inteligentes! ¡Los débiles somos nosotros, los fuertes son ustedes! ¡A ustedes se les estima, a nosotros se nos desprecia!
Al proponerme esto, ¿acaso lo hice a la ligera? ¿O es que hago mis planes según criterios meramente humanos, de manera que diga «sí, sí» y «no, no» al mismo tiempo?
Pero seguiré haciendo lo que hago, a fin de quitar todo pretexto a aquellos que, buscando una oportunidad para hacerse iguales a nosotros, se jactan de lo que hacen.
Me veo obligado a jactarme, aunque nada se gane con ello. Paso a referirme a las visiones y revelaciones del Señor.
Me he portado como un insensato, pero ustedes me han obligado a ello. Ustedes debían haberme elogiado, pues de ningún modo soy inferior a los «superapóstoles», aunque yo no soy nada.
pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.
Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así.
Porque «todo mortal es como la hierba y toda su gloria como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se cae,