Un día la muchacha dijo a su ama: «Ojalá el amo fuera a ver al profeta que hay en Samaria, porque él lo sanaría de su enfermedad en la piel».
2 Corintios 11:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 ¡Ojalá me aguanten unas cuantas tonterías! ¡Sí, aguántenmelas! Más versionesBiblia Reina Valera 1960 ¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme. Biblia Nueva Traducción Viviente Espero que toleren un poco más de mis «tonterías». Por favor, ténganme paciencia; Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Ojalá me aguantaran algunas tonterías! ¡Claro que las aguantan! La Biblia Textual 3a Edicion ¡Ojalá me soportarais° un poco° de insensatez! Pero… soportadme, Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Ojalá me toleréis un poco de insensatez! Sí, tolerádmela. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¡Quiera Dios que toleraseis un poco mi locura! En verdad, toleradme. |
Un día la muchacha dijo a su ama: «Ojalá el amo fuera a ver al profeta que hay en Samaria, porque él lo sanaría de su enfermedad en la piel».
Pero Moisés respondió: —¿Estás celoso por mí? ¡Cómo quisiera que todo el pueblo del Señor profetizara y que el Señor pusiera su Espíritu en todos ellos!
—¡Ah, generación incrédula y malvada! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme acá al muchacho.
Pablo ya iba a hablar cuando Galión dijo: —Si ustedes los judíos estuvieran entablando una demanda sobre algún delito o algún crimen grave, sería razonable que los escuchara.
Pablo respondió: —Sea por poco o por mucho, pido a Dios que no solo usted, sino también todos los que me están escuchando hoy lleguen a ser como yo, aunque sin estas cadenas.
Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen.
Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para así llegar a ser sabio.
¡Por causa de Cristo nosotros somos los ignorantes; ustedes en Cristo son los inteligentes! ¡Los débiles somos nosotros, los fuertes son ustedes! ¡A ustedes se les estima, a nosotros se nos desprecia!
¡Ya tienen todo lo que desean! ¡Ya se han enriquecido! ¡Han llegado a ser reyes, y eso sin nosotros! ¡Ojalá fueran de veras reyes para que también nosotros reináramos con ustedes!
¡Para vergüenza mía, confieso que hemos sido demasiado débiles! Si alguien se atreve a dárselas de algo, también yo me atrevo a hacerlo y lo digo como un insensato.
Si alguien llega a ustedes predicando a un Jesús diferente del que hemos predicado nosotros o si reciben un espíritu o un evangelio diferente de los que ya recibieron, a ese lo aguantan con facilidad.
Me he portado como un insensato, pero ustedes me han obligado a ello. Ustedes debían haberme elogiado, pues de ningún modo soy inferior a los «superapóstoles», aunque yo no soy nada.
Puede tratar con paciencia a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está sujeto a las debilidades humanas.
Josué reclamó a Dios: —Señor y Dios, ¿por qué hiciste que este pueblo cruzara el Jordán y luego lo entregaste en manos de los amorreos para que lo destruyeran? ¡Mejor nos hubiéramos quedado al otro lado del río!