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1 Samuel 23:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Entonces los dos hicieron un pacto en presencia del Señor, después de lo cual Jonatán regresó a su casa y David se quedó en Hores.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y ambos hicieron pacto delante de Jehová; y David se quedó en Hores, y Jonatán se volvió a su casa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego los dos renovaron su pacto solemne delante del Señor. Después Jonatán regresó a su casa, mientras que David se quedó en Hores.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ambos concluyeron un pacto ante Yavé. David se quedó en Jorsa, mientras que Jonatán regresó a su casa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y concertaron ambos un pacto en presencia de YHVH; y David se quedó en Hores, y Jonatán se volvió a su casa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Hicieron los dos una alianza en presencia de Yahveh; David se quedó en Jorsá y Jonatán se volvió a su casa.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y ambos hicieron pacto delante de Jehová: y David se quedó en el bosque, y Jonatán se volvió a su casa.

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Otras versiones



1 Samuel 23:18
8 Referencias Cruzadas  

Sin embargo, por el juramento que David y Jonatán se habían hecho en presencia del Señor, el rey tuvo compasión de Mefiboset, que era hijo de Jonatán y nieto de Saúl.


El rey David averiguó si había alguien de la familia de Saúl a quien pudiera beneficiar en memoria de Jonatán


Una vez que David y Saúl terminaron de hablar, Jonatán entabló con David una amistad entrañable y llegó a quererlo como a sí mismo.


Jonatán hizo un pacto con David, porque lo quería como a sí mismo.


«Puedes irte tranquilo —dijo Jonatán a David—, pues los dos hemos hecho un juramento eterno en nombre del Señor, pidiéndole que juzgue entre tú y yo, y entre tus descendientes y los míos». Así que David se fue y Jonatán regresó a la ciudad.


Ya que en presencia del Señor has hecho un pacto conmigo, que soy tu servidor, te ruego que me seas leal. Si me consideras culpable, no hace falta que me entregues a tu padre; ¡mátame tú mismo!


Cuando David llegó a Nob, fue a ver al sacerdote Ajimélec, quien al encontrarse con David se puso nervioso. —¿Por qué vienes solo? —preguntó—. ¿Cómo es que nadie te acompaña?