Como tres meses después, informaron a Judá lo siguiente: —Tu nuera Tamar se ha prostituido y, como resultado de sus andanzas, ha quedado embarazada. —¡Sáquenla y quémenla! —exclamó Judá.
1 Samuel 14:44 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 —Jonatán, si tú no mueres, ¡que Dios me castigue sin piedad! —exclamó Saúl. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y Saúl respondió: Así me haga Dios y aun me añada, que sin duda morirás, Jonatán. Biblia Nueva Traducción Viviente —Sí, Jonatán —dijo Saúl—, ¡debes morir! Que Dios me castigue e incluso me mate si no mueres por esto. Biblia Católica (Latinoamericana) Saúl respondió: '¡Maldígame Dios, y remaldígame si tú no mueres, Jonatán!' La Biblia Textual 3a Edicion Y Saúl respondió: ¡Así me haga ’Elohim y aún me añada, que sin duda morirás, Jonatán! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Replicó Saúl: 'Que Dios me haga esto y me añada lo otro, si tú no mueres, Jonatán'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Saúl respondió: Así me haga Dios y así me añada, que sin duda morirás, Jonatán. |
Como tres meses después, informaron a Judá lo siguiente: —Tu nuera Tamar se ha prostituido y, como resultado de sus andanzas, ha quedado embarazada. —¡Sáquenla y quémenla! —exclamó Judá.
Expulsó de allí a sus habitantes y los puso a trabajar con sierras, picos y hachas de hierro, y también los forzó a trabajar en los hornos de ladrillos. Lo mismo hizo con todos los pueblos amonitas, después de lo cual regresó a Jerusalén con todas sus tropas.
Tan grande fue el enojo de David contra aquel hombre, que respondió a Natán: —¡Tan cierto como que el Señor vive, quien hizo esto merece la muerte!
Díganle también a Amasá: “¿Acaso no eres de mi propia sangre? Tú serás de por vida el comandante de mi ejército, en lugar de Joab. ¡Que Dios me castigue sin piedad si no lo cumplo!”».
Que Dios me castigue sin piedad si ahora yo no procedo con David conforme a lo que el Señor juró:
Cuando Jefté la vio, se rasgó las vestiduras y exclamó: —¡Ay, hija mía, me has destrozado por completo! ¡Eres la causa de mi desgracia! Juré algo al Señor y no puedo retractarme.
Moriré donde tú mueras y allí seré sepultada. ¡Que me castigue el Señor con toda severidad si me separa de ti algo que no sea la muerte!».
¡Tan cierto como el Señor y Salvador de Israel vive, les aseguro que aun si el culpable es mi hijo Jonatán, morirá sin remedio! Nadie se atrevió a decirle nada.
¡Que Dios me castigue sin piedad si antes del amanecer no acabo con todos sus hombres!».
—¿Qué fue lo que te dijo? —preguntó Elí—. Te pido que no me lo ocultes. ¡Que Dios te castigue sin piedad si me ocultas una sola palabra de todo lo que te ha dicho!