Por allí se encontraba un malvado que se llamaba Sabá, hijo de Bicrí, que era benjamita. Dando un toque de trompeta, se puso a gritar: «¡Pueblo de Israel, todos a sus casas, pues no tenemos parte con David ni herencia con el hijo de Isaí!».
1 Samuel 10:27 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Pero algunos malvados protestaron: «¿Y este es el que nos va a salvar?». Y fue tanto su desprecio por Saúl que ni le ofrecieron regalos. Saúl, por su parte, no les hizo caso. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero algunos perversos dijeron: ¿Cómo nos ha de salvar este? Y le tuvieron en poco, y no le trajeron presente; mas él disimuló. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, había unos sinvergüenzas que se quejaban: «¿Cómo puede este hombre salvarnos?». Y lo despreciaban y se negaban a llevarle regalos; pero Saúl no les hizo caso. [Nahas, rey de los amonitas, había estado oprimiendo gravemente a los habitantes de Gad y de Rubén que vivían al oriente del río Jordán. Les sacó el ojo derecho a todos los israelitas que vivían allí, y no permitía que nadie viniera a rescatarlos. De hecho, de todos los israelitas que vivían al oriente del río Jordán, no había uno solo a quien Nahas no le hubiera sacado el ojo derecho. Pero había siete mil hombres que habían escapado de los amonitas y se habían establecido en Jabes de Galaad]. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero hubo gente malvada que dijo: '¡Qué nos va a librar ése!' Lo despreciaron y no le ofrecieron ningún regalo. La Biblia Textual 3a Edicion Pero algunos hijos de Belial dijeron: ¿Qué? ¿Éste nos va a salvar? Y lo menospreciaron, y no le llevaron presente alguno; pero él disimuló. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Algunos hombres perversos dijeron: '¿Cómo nos va a salvar éste?'. Lo despreciaron y no le ofrecieron ningún presente. Pero él no se dio por enterado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero los hijos de Belial dijeron: ¿Cómo nos ha de salvar este? Y le tuvieron en poco, y no le trajeron presente; mas él disimuló. |
Por allí se encontraba un malvado que se llamaba Sabá, hijo de Bicrí, que era benjamita. Dando un toque de trompeta, se puso a gritar: «¡Pueblo de Israel, todos a sus casas, pues no tenemos parte con David ni herencia con el hijo de Isaí!».
También derrotó a los moabitas, a quienes obligó a tenderse en el suelo y midió con un cordel; a los que cabían a lo largo de dos medidas los condenó a muerte, pero dejó con vida a los que quedaban dentro de la medida siguiente. Fue así como los moabitas pasaron a ser vasallos tributarios de David.
Además, año tras año le llevaban regalos: artículos de plata y de oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulas.
Salomón gobernaba sobre todos los reinos desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y la frontera con Egipto. Mientras Salomón vivió, todos estos países fueron sus vasallos tributarios.
El rey Hiram de Tiro siempre había tenido buenas relaciones con David; así que al saber que Salomón había sido ungido para suceder en el trono a su padre David, le mandó una embajada.
Unos hombres ociosos y perversos se unieron a Roboán, hijo de Salomón, cuando este era joven y débil de carácter, y se le impusieron, de modo que no pudo hacerles frente.
Por eso el Señor afirmó el reino en sus manos. Todo Judá le llevaba regalos y llegó a tener muchas riquezas y recibió muchos honores.
Que le paguen tributo los reyes de Tarsis y de las costas remotas; que los reyes de Sabá y de Seba le traigan presentes.
No prestes atención a todo lo que se dice y así no oirás cuando tu siervo hable mal de ti,
Pero el pueblo permaneció en silencio y no respondió ni una sola palabra, porque el rey había ordenado: «No respondan».
Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y presentaron como regalos: oro, incienso y mirra.
»A este mismo Moisés, a quien habían rechazado diciéndole: “¿Y quién te nombró gobernante y juez?”, Dios lo envió para ser gobernante y libertador, mediante el poder del ángel que se le apareció en la zarza.
de que han surgido hombres perversos que descarrían a la gente y le dicen: «Vayamos a rendir culto a otros dioses» (dioses que ustedes no han conocido),
El pueblo dijo entonces a Samuel: —¿Quiénes son los que no querían que Saúl reinara sobre nosotros? Entréguenlos, que vamos a matarlos.
—¡Nadie va a morir hoy! —intervino Saúl—. En este día el Señor ha librado a Israel.
Isaí tomó un asno, alimento, un odre de vino y un cabrito, y se los envió a Saúl por medio de su hijo David.
Piense usted bien lo que debe hacer, pues la ruina está por caer sobre nuestro amo y sobre toda su familia. Tiene tan mal genio que ni hablar se puede con él».