Roboán amó a Macá, hija de Absalón, más que a sus otras esposas y concubinas. En total, tuvo dieciocho esposas y sesenta concubinas. También fue padre de veintiocho hijos y de sesenta hijas.
1 Reyes 11:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Tuvo setecientas esposas que eran princesas y trescientas concubinas; todas estas mujeres hicieron que se desviara su corazón. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. Biblia Nueva Traducción Viviente En total, tuvo setecientas esposas de cuna real y trescientas concubinas. En efecto, ellas apartaron su corazón del Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Eran de esas naciones de las cuales había dicho Yavé: 'Ustedes no entrarán en sus casas ni ellas en las de ustedes, porque seguramente los arrastrarán tras otros dioses'. Pero Salomón se apegó a ellas, las amó. La Biblia Textual 3a Edicion porque llegó a tener setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas, que pervirtieron su corazón, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llegó a tener setecientas princesas por esposas y trescientas concubinas. Sus mujeres pervirtieron su corazón. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tuvo setecientas esposas princesas, y trescientas concubinas; y sus esposas torcieron su corazón. |
Roboán amó a Macá, hija de Absalón, más que a sus otras esposas y concubinas. En total, tuvo dieciocho esposas y sesenta concubinas. También fue padre de veintiocho hijos y de sesenta hijas.
El día en que las mujeres de la nobleza de Persia y de Media se enteren de la conducta de la reina, responderán de la misma manera a todos los nobles de Su Majestad. ¡Entonces no habrá fin al desprecio y a la discordia!
Amontoné plata, oro y tesoros que fueron de reyes y provincias. Tuve cantores y cantoras; disfruté de los deleites de los hombres: ¡formé mi propio harén!
¡que todavía estoy buscando lo que no he encontrado! Ya he dado con un hombre entre mil, pero entre todas las mujeres aún no he encontrado ninguna.
Pueden ser sesenta las reinas, ochenta las concubinas e innumerables las vírgenes,
pero una sola es preciosa, paloma mía, la hija consentida de su madre, la favorita de quien le dio la vida. Las doncellas la ven y la bendicen; las reinas y las concubinas la alaban.
El rey no tomará para sí muchas mujeres, no sea que se extravíe su corazón; tampoco acumulará enormes cantidades de plata y oro.
Se casaron con las hijas de esos pueblos, y a sus propias hijas las casaron con ellos y adoraron a sus dioses.
Fue a Ofra, a la casa de su padre, y sobre una misma piedra asesinó a sus setenta hermanos, hijos de Yerubaal. Pero Jotán, el hijo menor de Yerubaal, se escondió y logró escaparse.