Sus oídos perciben sonidos espantosos; cuando está en paz, los salteadores lo atacan.
1 Juan 4:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Biblia Nueva Traducción Viviente En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde hay castigo. Quien teme no conoce el amor perfecto. La Biblia Textual 3a Edicion En el amor no hay temor, antes bien, el perfecto amor echa afuera el temor, pues el temor lleva en sí mismo castigo,° de donde el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No hay temor en el amor; sino que el amor perfecto echa fuera el temor, porque el temor supone castigo, y el que teme no es perfecto en el amor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En el amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor conlleva castigo. Y el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. |
Sus oídos perciben sonidos espantosos; cuando está en paz, los salteadores lo atacan.
Mi cuerpo se estremece por el temor que me inspiras; siento reverencia por tus leyes.
Pero los fariseos decían: «Este expulsa a los demonios por medio del príncipe de los demonios».
Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!».
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Puesto que nosotros estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente,
¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan.
Nadie ha visto jamás a Dios, pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente.