»Cerca de mí hay un lugar sobre una roca —añadió el Señor—. Puedes quedarte allí.
1 Juan 3:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Biblia Nueva Traducción Viviente Queridos hijos, que nuestro amor no quede solo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones. Biblia Católica (Latinoamericana) Hijitos, no amemos con puras palabras y de labios para afuera, sino de verdad y con hechos. La Biblia Textual 3a Edicion Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hijitos, no amemos de palabra ni con la boca, sino con obra y de verdad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. |
»Cerca de mí hay un lugar sobre una roca —añadió el Señor—. Puedes quedarte allí.
Acuden a ti en masa, y se sientan delante de ti y escuchan tus palabras, pero luego no las practican. Me halagan de labios para afuera, pero sus corazones solo buscan las ganancias injustas.
Y por ellos me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor.
Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.
Los recordamos constantemente delante de nuestro Dios y Padre a causa de la obra realizada por su fe, el trabajo motivado por su amor y la constancia sostenida por su esperanza en nuestro Señor Jesucristo.
Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón los unos a los otros.
Mis queridos hijos, escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo.
Queridos hijos, que nadie los engañe. El que practica la justicia es justo, así como él es justo.
El anciano, a la señora elegida y a sus hijos, a quienes amo en la verdad —y no solo yo, sino todos los que han conocido la verdad—,