Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.
1 Juan 2:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. Biblia Nueva Traducción Viviente Si alguien afirma: «Vivo en la luz», pero odia a otro creyente, esa persona aún vive en la oscuridad. Biblia Católica (Latinoamericana) Si alguien piensa que está en la luz mientras odia a su hermano, está aún en las tinieblas. La Biblia Textual 3a Edicion El que dice estar en la luz y aborrece a su hermano, está en las tinieblas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quien dice que está en la luz y odia a su hermano, permanece en las tinieblas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que dice que está en luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. |
Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.
Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad, en ella vive y no sabe a dónde va porque la oscuridad no lo deja ver.
»Ellos no saben nada, no entienden nada. Deambulan en la oscuridad; se estremecen todos los cimientos de la tierra.
En cambio, el que no las tiene es tan corto de vista que ya ni ve y se olvida de que ha sido purificado de sus antiguos pecados.
El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él.
Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad.
Jesús les contestó: —Si fueran ciegos, no serían culpables de pecado, pero como afirman que ven, su pecado permanece.
»No alimentes en tu corazón odios contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado.
Absalón, por su parte, no le dirigía la palabra a Amnón, pues lo odiaba por haber violado a su hermana Tamar.
Por aquellos días Pedro se puso de pie en medio de los creyentes, que eran un grupo como de ciento veinte personas, y dijo:
Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios, como tampoco lo es el que no ama a su hermano.