»Ya que no hay ser humano que no peque, si tu pueblo peca contra ti, y tú te enojas con ellos y los entregas al enemigo para que se los lleven cautivos a otro país, lejano o cercano;
1 Juan 1:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad; Biblia Católica (Latinoamericana) Si decimos que no tenemos pecado, nos estamos engañando a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. La Biblia Textual 3a Edicion Si dijéramos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. |
»Ya que no hay ser humano que no peque, si tu pueblo peca contra ti, y tú te enojas con ellos y los entregas al enemigo para que se los lleven cautivos a otro país, lejano o cercano;
—¿Y qué vieron en tu palacio? —preguntó el profeta. —Vieron todo lo que hay en él —contestó Ezequías—. No hay nada en mis tesoros que yo no les haya mostrado.
»Ya que no hay ser humano que no peque, si tu pueblo peca contra ti y tú te enojas con ellos y los entregas al enemigo para que se los lleven cautivos a otro país, lejano o cercano;
¿Quién de la inmundicia puede sacar pureza? ¡No hay nadie que pueda hacerlo!
»¿Qué es el hombre para creerse puro y el nacido de mujer para alegar inocencia?
¿Cómo puede una persona declararse justo ante Dios? ¿Cómo puede alegar pureza quien ha nacido de mujer?
«Aunque sé muy bien que esto es cierto, ¿cómo puede un mortal justificarse ante Dios?
Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros.
Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas; nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.
te voy a juzgar: por alegar que no has pecado, por insistir en tu inocencia, por afirmar: “¡Dios ya no está enojado conmigo!”.
»Si la infección se ha extendido sobre la piel de tal manera que, hasta donde el sacerdote pueda ver, cubre toda la piel de la persona enferma,
Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!
Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para así llegar a ser sabio.
Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo.
y altercados entre personas de mente depravada, carentes de la verdad. Este es de los que piensan que la religión es un medio de obtener ganancias.
mientras que esos malvados farsantes irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.
No se contenten solo con oír la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.
Si alguien se cree religioso, pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no sirve para nada.
Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de dominar todo su cuerpo.
y recibirán el justo pago por sus injusticias. Su concepto de placer es entregarse a las pasiones desenfrenadas en pleno día. Son manchas y suciedad que gozan de sus placeres, mientras los acompañan a ustedes en sus comidas.
Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no está en nosotros.
Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad.
El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él.
Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.
a causa de esa verdad que permanece en nosotros y que estará con nosotros para siempre:
Me alegré mucho cuando vinieron unos hermanos y dieron testimonio de tu fidelidad y de cómo estás viviendo en la verdad.