Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
1 Juan 1:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no está en nosotros. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Si afirmamos que no hemos pecado, llamamos a Dios mentiroso y demostramos que no hay lugar para su palabra en nuestro corazón. Biblia Católica (Latinoamericana) Si dijéramos que no hemos pecado, sería como decir que él miente, y su palabra no estaría en nosotros. La Biblia Textual 3a Edicion Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si decimos que no hemos pecado, tachamos a Dios de mentiroso y su palabra no está en nosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. |
Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
El que cree en el Hijo de Dios acepta este testimonio. El que no cree a Dios lo hace pasar por mentiroso, por no haber creído el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él.
a causa de esa verdad que permanece en nosotros y que estará con nosotros para siempre:
Si tú, Señor, tomaras en cuenta los pecados, ¿quién, Señor, se mantendría en pie?
Les he escrito a ustedes, padres, porque han conocido al que es desde el principio. Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuertes, la palabra de Dios permanece en ustedes, y han vencido al maligno.
»¿Quién puede probar que es falso lo que digo y reducir mis palabras a la nada?».
Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.
Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.
»¿Qué es el hombre para creerse puro y el nacido de mujer para alegar inocencia?
te voy a juzgar: por alegar que no has pecado, por insistir en tu inocencia, por afirmar: “¡Dios ya no está enojado conmigo!”.