La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




1 Corintios 8:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Al pecar así contra los hermanos, hiriendo su débil conciencia, pecan ustedes contra Cristo.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando ustedes pecan contra otros creyentes al alentarlos a hacer algo que para ellos está mal, pecan contra Cristo.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando ustedes ofenden a sus hermanos hiriendo las conciencias que son todavía débiles, pecan contra el mismo Cristo.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y así, pecando contra los hermanos, y golpeando fuertemente sus débiles conciencias, contra el Mesías pecáis.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y así, pecando contra los hermanos e hiriendo su conciencia débil, estáis pecando contra Cristo.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

De esta manera, pues, pecando contra los hermanos, e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis.

Ver Capítulo
Otras versiones



1 Corintios 8:12
18 Referencias Cruzadas  

Entonces Abimélec llamó a Abraham y reclamó: —¡Qué nos has hecho! ¿En qué te he ofendido, que has traído un pecado tan grande sobre mí y sobre mi reino? ¡Lo que me has hecho no tiene nombre!


Entonces habló Rubén: —Yo les advertí que no le hicieran daño al muchacho, pero no me hicieron caso. ¡Ahora tenemos que pagar el precio de su sangre!


Y añadió Moisés: —Esta tarde el Señor les dará a comer carne, y mañana los saciará de pan, pues ya los oyó murmurar contra él. Porque ¿quiénes somos nosotros? ¡Ustedes no están murmurando contra nosotros, sino contra el Señor!


A Aarón le dijo: —¿Qué te hizo este pueblo? ¿Por qué lo has hecho cometer semejante pecado?


»Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Porque les digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial.


Pedro se acercó a Jesús y preguntó: —Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces?


Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar.


El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”.


Él responderá: “Les aseguro que todo lo que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí”.


»Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar.


Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino atada al cuello que servir de tropiezo a uno solo de estos pequeños.


No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todo alimento es puro; lo malo es hacer tropezar a otros por lo que uno come.


De hecho, aunque el cuerpo es uno solo, tiene muchos miembros y todos los miembros, no obstante ser muchos, forman un solo cuerpo. Así sucede con Cristo.


Si alguien peca contra otra persona, Dios servirá de árbitro; pero si peca contra el Señor, ¿quién podrá interceder por él?». No obstante, ellos no hicieron caso a la advertencia de su padre, pues la voluntad del Señor era quitarles la vida.


Padre mío, mire usted el borde de su manto que tengo en la mano. Yo corté este pedazo, pero a usted no lo maté. Reconozca que yo no intento hacerle mal ni traicionarlo. Usted, sin embargo, me persigue para quitarme la vida, aunque yo no le he hecho ningún agravio.