En cuanto a ti, hijo mío, serás profeta del Dios Altísimo, porque irás delante del Señor para preparar su venida
Juan 4:1 - La Palabra (versión española) Se enteró Jesús de que los fariseos supieron que cada vez aumentaba más el número de sus seguidores y que bautizaba incluso más que Juan, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús sabía que los fariseos se habían enterado de que él hacía y bautizaba más discípulos que Juan Biblia Católica (Latinoamericana) El Señor se enteró de que los fariseos tenían noticias de él; se decía que Jesús bautizaba y atraía más discípulos que Juan, La Biblia Textual 3a Edicion Cuando Jesús° se enteró de que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando supo el Señor que los fariseos estaban informados de que Jesús conseguía más discípulos que Juan y que los bautizaba - Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando el Señor entendió que los fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan |
En cuanto a ti, hijo mío, serás profeta del Dios Altísimo, porque irás delante del Señor para preparar su venida
Y si alguien os pregunta por qué lo desatáis, decidle que el Señor lo necesita.
En la ciudad de David os ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías, el Señor.
El Señor, al verla, se sintió profundamente conmovido y le dijo: —No llores.
y los envió a preguntar al Señor: —¿Eres tú el que tenía que venir o debemos esperar a otro?
Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la región de Judea. Se detuvo allí algún tiempo con ellos y bautizaba a la gente.
Con este motivo se acercaron a Juan y le dijeron: —Maestro, el que estaba contigo en la otra orilla del Jordán y en cuyo favor diste testimonio, ahora está bautizando y todos se van tras él.
Fue Dios quien dirigió su mensaje a los israelitas y les anunció la buena noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.
Es que Cristo no me envió a bautizar, sino a proclamar el evangelio. Y a proclamarlo sin alardes de humana elocuencia, para que no quede anulada la eficacia de la cruz de Cristo.
El primer ser humano procede de la tierra, y es terreno; el segundo viene del cielo.
Ninguno entre los poderosos de este mundo ha llegado a conocer tal sabiduría, pues, de haberla conocido, no habrían crucificado al Señor de la gloria.
Porque no nos anunciamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor, presentándonos como vuestros servidores por amor a Jesús.
Hermanos míos, que vuestra fe en Jesucristo glorificado no se mezcle con favoritismos.
Y escrito en el manto y sobre el muslo tiene este título: «Rey de reyes y Señor de señores».