Y Dios le dijo: —Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, a Isaac, dirígete a la región de Moriá y, una vez allí, ofrécemelo en holocausto, en un monte que yo te indicaré.
Juan 11:3 - La Palabra (versión española) Las hermanas de Lázaro mandaron a Jesús este recado: —Señor, tu amigo está enfermo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que las dos hermanas le enviaron un mensaje a Jesús que decía: «Señor, tu querido amigo está muy enfermo». Biblia Católica (Latinoamericana) Las dos hermanas mandaron a decir a Jesús: 'Señor, el que tú amas está enfermo. La Biblia Textual 3a Edicion Las hermanas enviaron pues a decirle: Señor, he aquí el que amas° está enfermo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Enviaron, pues, las hermanas a decir a Jesús: 'Señor, mira que aquel a quien amas está enfermo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Enviaron, pues, sus hermanas a Él, diciendo: Señor, he aquí el que amas está enfermo. |
Y Dios le dijo: —Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, a Isaac, dirígete a la región de Moriá y, una vez allí, ofrécemelo en holocausto, en un monte que yo te indicaré.
En cuanto a las divinidades de esta tierra: esos poderes que tanto me complacían,
El Señor, al verla, se sintió profundamente conmovido y le dijo: —No llores.
Un hombre llamado Lázaro había caído enfermo. Era natural de Betania, el pueblo de María y de su hermana Marta.
(María, hermana de Lázaro, el enfermo, era la misma que derramó perfume sobre los pies del Señor y se los secó con sus cabellos.)
Marta dijo a Jesús: —Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano.
y los judíos allí presentes comentaban: —Bien se ve que lo quería de verdad.
Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y tenéis razón, porque efectivamente lo soy.
Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús tanto quería, estaba recostado al lado de Jesús.
Erasto se quedó en Corinto. Trófimo cayó enfermo y tuve que dejarlo en Mileto.
Yo reprendo y castigo a los que amo. Esfuérzate, pues, y cambia de conducta.