Labán le dijo: —¡No cabe duda de que perteneces a mi familia! Jacob se quedó con Labán durante un mes.
2 Samuel 5:1 - La Palabra (versión española) Todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y a decirle: —Nosotros somos de tu misma raza. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron, diciendo: Henos aquí, hueso tuyo y carne tuya somos. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego todas las tribus de Israel fueron a David en Hebrón y le dijeron: «Somos de la misma sangre. Biblia Católica (Latinoamericana) Todas las tribus de Israel se congregaron en torno a David en Hebrón y le dijeron: 'Somos de tus mismos huesos y de tu misma carne. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces todas las tribus de Israel fueron ante David en Hebrón, y hablaron diciendo: ¡Henos aquí, hueso tuyo y carne tuya! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todas las tribus de Israel fueron a presentarse a David en Hebrón y le hablaron así: 'Aquí estamos. Hueso tuyo y carne tuya somos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron, diciendo: He aquí nosotros hueso tuyo y carne tuya somos. |
Labán le dijo: —¡No cabe duda de que perteneces a mi familia! Jacob se quedó con Labán durante un mes.
Cuando los comentarios de Israel llegaron a oídos del rey, él mandó a decir a los sacerdotes Sadoc y Abiatar: —Decid a los ancianos de Judá: «¿Por qué vais a ser los últimos en restablecer al rey en su palacio?
Vosotros sois mis hermanos de sangre, ¿seréis los últimos en restablecer al rey?».
Y a Amasá le diréis: «Tú eres mi pariente. Que Dios me castigue si no te nombro general vitalicio del ejército en sustitución de Joab».
Todos los de Judá respondieron a los de Israel: —Porque el rey es pariente nuestro. Pero ¿por qué os enfadáis así? ¿Acaso hemos comido a costa del rey o hemos sacado algún provecho?
Se llevaron a Asael y lo enterraron en la sepultura familiar, en Belén. Luego Joab y sus hombres caminaron durante toda la noche y amanecieron en Hebrón.
te nombrarás como rey aquel a quien el Señor tu Dios escoja. El rey deberá pertenecer a tu mismo pueblo; no harás rey a un extranjero, a alguien que no sea de los tuyos.
Y lo mismo que los hijos comparten una misma carne y sangre, también Jesús las compartió para poder así, con su muerte, reducir a la impotencia al que tiene poder para matar, es decir, al diablo,
—Pregonad esto, por favor, a todos los señores de Siquén: «¿Qué os conviene más, que os estén mandando setenta hombres, todos los hijos de Jerubaal, o que os mande uno solo? Recordad, además, que yo formo parte de vuestra familia».