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2 Samuel 4:7 - La Palabra (versión española)

Entraron en la casa, mientras Isbóset dormía en el lecho de su habitación, lo hirieron mortalmente y lo decapitaron. Luego tomaron la cabeza y caminaron por la Arabá durante toda la noche.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Cuando entraron en la casa, Is-boset dormía sobre su lecho en su cámara; y lo hirieron y lo mataron, y le cortaron la cabeza, y habiéndola tomado, caminaron toda la noche por el camino del Arabá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entraron en la casa y encontraron a Is-boset dormido en su cama. Lo golpearon, lo mataron y le cortaron la cabeza. Luego tomaron la cabeza y huyeron durante la noche a través del valle del Jordán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

entraron en la casa y encontraron a Isbaal tendido en la cama de su dormitorio. Lo golpearon y le cortaron la cabeza, después caminaron toda la noche por el camino de la Arabá, llevando la cabeza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Cuando entraron en la casa, estaba él acostado sobre su lecho en la alcoba y lo hirieron y mataron, y luego lo decapitaron. Entonces tomaron su cabeza y marcharon por el camino del Arabá toda la noche.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando entraron en la casa, Isbaal estaba durmiendo en la cama de su alcoba. Le hirieron de muerte, le cortaron la cabeza, la tomaron consigo y estuvieron huyendo por el camino de la Arabá durante toda la noche.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque cuando entraron en la casa, él estaba en su cama en su cámara de dormir, y lo hirieron y mataron, y le cortaron la cabeza, y habiéndola tomado, caminaron toda la noche por el camino del Arabá.

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Otras versiones



2 Samuel 4:7
8 Referencias Cruzadas  

Abner y sus hombres caminaron por la Arabá toda aquella noche, cruzaron el Jordán y, después de caminar durante toda la mañana, llegaron a Majanáin.


Pero los magos, con sus artes mágicas, hicieron lo mismo: consiguieron que las ranas invadieran todo el país.


Enseguida trajeron la cabeza en una bandeja, se la dieron a la muchacha y esta, a su vez, se la entregó a su madre.


Luego echó a correr y se detuvo junto al filisteo, agarró su espada, la desenvainó, lo remató y le cortó con ella la cabeza. Vieron los filisteos que su campeón había muerto y salieron huyendo.


En cuanto a David, tomó la cabeza del filisteo para llevarla a Jerusalén, pero guardó sus armas en su propia tienda.


Le cortaron la cabeza, le quitaron sus armas y enviaron mensajeros por todo el territorio filisteo, publicando la noticia por los templos de sus ídolos y entre el pueblo.