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1 Samuel 7:2 - La Palabra (versión española)

Pasaron muchos años, unos veinte, desde la instalación del Arca en Quiriat Jearín y todo Israel añoraba al Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El arca permaneció en Quiriat-jearim mucho tiempo: veinte años en total. Durante ese tiempo todos los israelitas se lamentaron porque parecía que el Señor los había abandonado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Transcurrieron muchos años desde que el Arca fue instalada en Quiriat-Yearim; cerca de veinte. Todo el pueblo de Israel se volvió entonces a Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y desde el día en que el Arca quedó en Quiriat-jearim pasaron muchos días (llegaron a ser veinte años), y toda la casa de Israel suspiraba por YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pasó mucho tiempo, unos veinte años, desde que el arca fue depositada en Quiriat Yearín. Entre tanto, toda la casa de Israel suspiraba por Yahveh.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció que desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasó mucho tiempo, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová.

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Otras versiones



1 Samuel 7:2
13 Referencias Cruzadas  

para traer a nuestro lado el Arca de nuestro Dios, pues durante el reinado de Saúl no nos hemos preocupado de ella.


David convocó a todo Israel, desde el torrente Sijor en los límites de Egipto hasta la entrada de Jamat, para traer desde Quiriat Jearín el Arca de Dios.


Hubo otro hombre que profetizó en nombre del Señor: Urías, hijo de Semaías, de Quiriat Jearín. Profetizó contra esta ciudad y contra este país, en los mismos términos que Jeremías.


Reconoce, sin embargo, tu culpa, tu rebeldía contra el Señor, tu Dios: prodigaste tus amores a extranjeros debajo de todo árbol frondoso, sin escuchar siquiera mi voz —oráculo del Señor.


Vendrán todos llorando y yo los guiaré entre consuelos; los llevaré a la vera de arroyos, por senda recta, sin tropiezos. Soy como un padre para Israel, Efraín es mi hijo primogénito.


Felices los que están tristes, porque Dios mismo los consolará.


Partieron, pues, los israelitas del campamento y en tres días llegaron a las ciudades gabaonitas, que eran Gabaón, Quefirá, Beerot y Quiriat Jearín.


Apenas el ángel del Señor dijo estas palabras a todos los israelitas, el pueblo se puso a llorar a gritos.


Los habitantes de Quiriat Jearín vinieron y recogieron el Arca del Señor; la llevaron a la casa de Abinadab, en la colina, y consagraron a su hijo Eleazar para que la cuidase.


Entonces Samuel se dirigió a todos los israelitas para decirles: —Si queréis volver totalmente al Señor, retirad de entre vosotros a los dioses y diosas extranjeros, entregaos plenamente al Señor, adoradlo en exclusiva y él os librará de los filisteos.