Aún estaba hablando Pedro, cuando quedaron envueltos en una nube luminosa de donde procedía una voz que decía: —Este es mi Hijo amado, en quien me complazco. Escuchadlo.
1 Juan 5:9 - La Palabra (versión española) Nosotros aceptamos testimonios humanos; pues bien, el testimonio de Dios es mucho más digno de crédito y consiste en haber declarado a favor de su Hijo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. Biblia Nueva Traducción Viviente Ya que creemos el testimonio humano, sin duda alguna podemos creer el testimonio de más valor que proviene de Dios; y Dios ha dado testimonio acerca de su Hijo. Biblia Católica (Latinoamericana) Si aceptamos el testimonio de los hombres, mucha más fuerza tiene el testimonio de Dios, y hay un testimonio de Dios, una declaración suya a favor de su Hijo. La Biblia Textual 3a Edicion Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque éste es el testimonio de Dios: que ha dado testimonio acerca de su Hijo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si aceptamos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; pues éste es el testimonio de Dios, que ha testimoniado acerca de su Hijo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque este es el testimonio de Dios que Él ha dado acerca de su Hijo. |
Aún estaba hablando Pedro, cuando quedaron envueltos en una nube luminosa de donde procedía una voz que decía: —Este es mi Hijo amado, en quien me complazco. Escuchadlo.
pero, si las realizo, fiaos de ellas, aunque no queráis fiaros de mí. De este modo conoceréis y os convenceréis de que el Padre está en mí, y yo en el Padre.
Estudiáis las Escrituras pensando que contienen vida eterna; pues bien, precisamente las Escrituras dan testimonio a mi favor.
Y ya tiene fijado el día en que ha de juzgar con toda justicia al mundo; a tal fin ha designado a un hombre, a quien ha dado su aprobación delante de todos al resucitarlo de la muerte.
Y nosotros somos testigos de ello junto con el Espíritu Santo, que Dios ha concedido a quienes lo obedecen.
y de la que Dios mismo ha dado testimonio valiéndose de milagros, prodigios y toda suerte de maravillas, además de los dones del Espíritu Santo que ha repartido según su voluntad.
Ofrecía así dos garantías, ambas irrevocables, porque Dios no puede engañar, y proporcionaba un poderoso consuelo a quienes se refugiaban en él para mantener la esperanza a que estamos destinados.
Por eso, si creemos en el Hijo de Dios, es que hemos aceptado el testimonio de Dios. Pero quien no se fía de Dios ni presta crédito al testimonio que él ha dado en favor de su Hijo, está acusando a Dios de mentiroso.